La Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF) y la Asociación de Árbitros Ecuatorianos (AAE) son el centro de una nueva polémica. El gremio de réferis amenazó ayer con no dirigir este fin de semana los partidos de todas las categorías del balompié nacional si la FEF no revé la sanción que le impuso el martes pasado al club Pilahuín Tío (Otavalo) por una supuesta agresión a la terna de árbitros que dirigió el compromiso del campeonato de ascenso contra Delfín, que se disputó el domingo pasado en el estadio Olímpico de la ciudad de Ibarra.

El martes, la comisión disciplinaria de la Ecuafútbol sancionó al Pilahuín Tío con la prohibición de jugar todos sus encuentros de local sin público hasta el final del torneo. Ese castigo no convenció a los árbitros, quienes a través de Alfredo Intriago, su presidente, pidieron que se suspendiera al club otavaleño indefinidamente, tal como ocurrió el año pasado con Pelileo.

Ese equipo fue separado del certamen de segunda categoría y se le prohibió participar en la temporada 2013 por una agresión contra el árbitro Byron López y sus asistentes. Considerando ese antecedente, los jueces esperaban una sanción similar en esta ocasión.

Pero la FEF defendió ayer su decisión. Álex de la Torre, presidente de la Comisión Disciplinaria, aclaró que el caso del Pelileo no se asimila al de Pilahuín Tío. “En esa ocasión la violencia la produjeron los jugadores del club y los informes fueron completos”, aclaró el dirigente.

En el encuentro entre Pilahuín Tío y Delfín, quienes intentaron agredir a los árbitros fueron los hinchas, que vulneraron la resistencia de los policías, invadieron la cancha e intentaron agredir al juez central y a sus colaboradores.

“En el reglamento de la comisión disciplinaria, en lo que se refiere a invasión de cancha, la sanción es de jugar el siguiente partido sin público, cuando asociamos este caso con el de Pelileo. Así lo establece también el código de disciplina FIFA”, dijo De la Torre y aseguró que no existe la posibilidad de que la sanción sea reconsiderada.

Según establecen los artículos de los Estatutos y Reglamentos de la FEF, el 164 y el 165, “el club o los clubes participantes del partido donde los dirigentes o espectadores invadieran la cancha, la entidad será sancionada para que juegue su siguiente partido en condición de local sin la presencia de público”. Este es el argumento que aplicó la Comisión para establecer la sanción.

Alfredo Intriago respondió ayer inmediatamente a la FEF y ratificó la decisión del gremio de paralizar sus actividades de forma indefinida.

“Este tipo de situaciones se está haciendo repetitivo, por más esfuerzos que haya, no se las puede controlar. Lo único que falta es que maten un árbitro”, acotó el presidente de la AAE.

“Las ocasiones en que hemos querido protegernos han obligado a suspender el campeonato... Esperemos no tener que llegar a eso”, añadió.

Intriago tenía previsto reunirse la tarde de ayer con sus compañeros colegiados. Después de conocer la resolución de la “disciplinaria”, se iban a pronunciar sobre este nuevo caso que empaña el espectáculo en los encuentros de fútbol de segunda categoría.

Para conocer más detalles sobre el inconveniente ocurrido con el réferi Manuel Carriel (central del partido), el gerente del Pilahuín Tío, Esteban Tamayo, relató a EL TELÉGRAFO los hechos acontecidos.

“Realmente que la indignación de los hinchas fue por culpa del árbitro, que no tuvo una buena actuación, ya que desde el primer minuto no hizo las cosas bien”, contó Tamayo, quien aseguró que el juez amonestó a tres jugadores del Pilahuín Tío y expulsó a otros tantos, mientras que por el Delfín no condicionó a ninguno.

Dichas declaraciones se corroboraron con el acta de juego subida en la página de la Ecuafútbol, y donde Williams Gómez, Mario Lastra y Luis Méndez vieron la tarjeta amarilla; y David Ruano, Edwin Quinteros y Jonathan Chávez fueron expulsados. El cuadro visitante no registra jugadores con cartulina.

“El juez no nos pitó dos penales, pero sí le pitó uno a ellos (Delfín) al minuto 89 que, incluso, ya viendo en la repetición, no existe la falta, porque tanto el delantero como nuestro arquero chocan por ver la trayectoria del balón”, indicó.

Tamayo confesó que el público en el estadio Olímpico de Ibarra estaba contento por el resultado. Hasta dos minutos del final ganaban 2-1 y con nueve jugadores. Pero cuando el juez decretó penal para ellos, ya sobre la hora, provocó que los hinchas ingresaran a la cancha por la fuerza e intentaran agredir a la terna.

“Ni el línea, que estaba cerca de la jugada, alzó la bandera indicando falta. Lo más curioso es que el árbitro, estando por la circunferencia central corrió al área para señalar el punto penal”, explicó Tamayo.

Tras el empate sobre la hora, algunos jugadores se acercaron al juez para recriminarle toda su mala actuación en el cotejo; pero, según Tamayo, ellos nunca fueron con la intención de agredirlo ni física ni verbalmente.

“Los que sí buscaron golpear a la terna arbitral son hinchas del Pilahuín Tío que ingresaron a la cancha. Pero, hasta donde vimos y creo que así consta en el informe del árbitro, no lo consiguieron, gracias a la reacción policial”, finalizó.