Las primeras lecturas que experimentó Valentina Portaluppi de niña fueron los cuentos que leía su madre. Era lógico, según dice, que una vez que aprendiera a leer buscara esas historias para asimilarlas con sus propios ojos y darles forma a los personajes con su imaginación.

Valentina a los 7 años tenía su colección de cuentos, pero solo uno le hizo trascender del plano de lector a las interrogaciones sobre el autor. Fue con ‘El conejo de felpa’ de Margery Williams con el que se preguntó cómo se le pudo haber ocurrido al autor escribirlo.

A sus 26 años sigue leyendo cuentos infantiles y no tiene ni un pariente mayor a los 7 años al que no le haya recomendado un libro.

María Ortega trabaja en el colegio Liceo Los Andes hace 6 años. Su principal objetivo en las clases es hacer que los niños lean desde tercer año de básica hasta que se termine la primaria. Para cumplir con tal desafío, además de las clases de lengua y literatura, trabaja con lecturas en clases, una feria del libro en la que cada niño tiene la posibilidad de lanzar su libro con brindis de galletas y leche con chocolate; y el incentivo a los padres.

“Yo les digo a los padres que quiero que sus hijos los vean leyendo, desde revistas de farándula hasta las instrucciones de aparatos tecnológicos y las etiquetas de las latas. No importa si no quieren leer a Shakespeare, lo importante es que se den cuenta de que leer es útil”, dice María Ortega, para recalcar lo importante que es la lectura entre la comunidad de la institución.

Durante los últimos 3 años la producción de títulos cuyo tema principal es la literatura infantil ha crecido de 239 publicados en 2010 a 346 en 2013, siendo mayor a otras publicaciones, según el registro de la Cámara del Libro de Ecuador.

Liset Lantigua es una escritora cubana radicada en Ecuador, que ha trabajado el tema de la literatura infantil. Comenta que esta revitalización del género viene desde los años 90, con la que también se siente una demanda del medio y sus mediadores.

Lantigua considera que “La literatura para niños es un territorio regido por claves distintas al territorio de la literatura para adultos, porque el niño está en un contexto determinado por su propia lectura de la realidad, por unos referentes que tienen como denominador común la novedad y el descubrimiento”.

Ortega como psicopedagoga y Lantigua como escritora coinciden en que la literatura es un paso para la crítica y el análisis.

“Para que un niño siempre esté aprendiendo tiene que ser un buen lector, porque es lo único que lo asegura. Si no siempre vas a tener que estar en un sistema educativo para aprender”, dice.

Recomendaciones para leer

Se necesita un Superhéroe, Juana Neira (Santillana, 2009).

Navidad de Perro, Mónica Varea (Altea, 2013).

Gato ama a Lola;Mi casa no es un naufragio, Liset Lantigua (Alfaguara 2011, 2012).