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La OSNE dará un concierto en la iglesia de la Compañía

Un repertorio con obras de música universal y ecuatoriana será interpretado, a las 20:00, por la Orquesta Sinfónica Nacional en la iglesia de la Compañía.
Un repertorio con obras de música universal y ecuatoriana será interpretado, a las 20:00, por la Orquesta Sinfónica Nacional en la iglesia de la Compañía.
Foto: Daniel Molineros / El Telégrafo
17 de marzo de 2017 - 00:00 - Redacción Cultura

La Orquesta Sinfónica Nacional  (OSNE) presentará hoy en la iglesia de la Compañía de Quito, a las 20:00, un repertorio con obras de música universal y ecuatoriana, como la ‘Auroral: Escena campestre’ de Salvador Bustamante Celi, ‘Concierto para piano y orquesta No. 1’ de Jorge Oviedo y la ‘Sinfonía No. 4 en Mi bemol Mayor’ de Anton Bruckner. La entrada será gratuita   hasta llenar aforo.

La presentación estará bajo la dirección del maestro invitado Michael Meissner, con la participación del solista ecuatoriano Álex Alarcón. La OSNE inicia el concierto con la obra ‘Auroral: Escena campestre’, un  poema sinfónico de música imitativa, lírico y de intención costumbrista, ya que describe, en cierta forma, el ambiente alrededor de la batalla de Pichincha.

Compuesto en 1922 por el centenario de la batalla, ‘Auroral’ es una pieza única en su género, pero se puede ver en el contexto de otras composiciones patrióticas como el ‘Himno Guerrero Ecuatoriano’, compuesto por Bustamante en 1910, cuando tuvo que huir de Lima a Guayaquil por el conflicto bélico entre Perú y Ecuador.

El concierto seguirá con una de las obras más representativas de Jorge Oviedo, ‘Concierto para piano y orquesta No. 1’, pieza a estrenarse en Quito y por esta ocasión interpretada por el solista Álex Alarcón en el piano. Se trata de una obra ecléctica de una fase compositiva temprana del autor y se nutre de diferentes vertientes estilísticas.

El repertorio finalizará con la obra universal ‘Sinfonía No. 4 en Mi bemol Mayor’, la cual constituyó el primer éxito en vida de Bruckner a sus 50 años.

Como muchas de sus obras, Bruckner la revisó varias veces, por lo cual se han registrado hasta ahora 6 versiones diferentes, desde la original compuesta en 1874, hasta la última, en 1888.  Esta inseguridad aparente fue parte de su personalidad humilde y compleja.

En 1886, Anton Buckner dedicó la sinfonía al Príncipe Konstantin de Hohenlohe-Schillingfürst, quien le entregó la medalla Franz-Joseph, otorgada por el emperador. (I)

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