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Un apagón ocurrido en un concierto del cantante Daniel Melingo, en Montevideo, fue el origen de la película Una Noche sin Luna

"La Casa Cine Fest" fue el semillero de una coproducción uruguayo-ecuatoriana

Tejeira, nacido en 1982, sabe de memoria la alineación de la Selección uruguaya de 1950: “pesa la nostalgia”.
Tejeira, nacido en 1982, sabe de memoria la alineación de la Selección uruguaya de 1950: “pesa la nostalgia”.
Carina Acosta / El Telégrafo
14 de abril de 2016 - 00:00 - Redacción Cultura

En el cine, el apagón es una pausa necesaria —al inicio de una película o en un fundido a negro— y, en la vida real, un apagón también es el preludio de una historia, de varias. El cineasta uruguayo Germán Tejeira fue una noche a un concierto de Daniel Melingo en la montevideana Sala Zitarrosa, donde hubo un apagón y el artista siguió cantando, con acompañamiento pero sin amplificación. Azar, oscuridad y una escena: “Quedé medio embelesado con esa situación y tuve ganas de escribir una historia para que la actuara Melingo”, dice Tejeira, en Flacso Cine, la sala en que se proyectó Una Noche sin Luna, su largometraje de 2014 en que Daniel, el cantante de la oscuridad, interpreta a Miguel Ángel Molgota, un preso a quien le faltan cumplir 14 años ‘en la sombra’ y que un día entre dos años (Año Nuevo) obtiene permiso para salir al club de Malabrigo.

Durante el concierto en Zitarrosa, con las luces apagadas, hubo “10 minutos con los instrumentos tocados al aire que generó un momento muy interesante, con una cierta fragilidad y belleza íntima que daban ganas de que no viniera la luz”, describe Tejeira, quien tejió la historia al ritmo de una frase luminosa del escritor Mario Delgado Aparaín: “Los apagones son los principales acontecimientos culturales, son espacios de creatividad”.

El cineasta está convencido: “Cuando hay un apagón en una casa, la gente deja de hacer lo que está haciendo, se junta, se escucha y empiezan a suceder otras cosas”. Cosas como las que suceden en su largometraje: un romance entre desconocidos, en la inhóspita caseta de cobro de un peaje; y el reencuentro de un padre divorciado y su hija en las alturas de una rueda moscovita que ha dejado de girar.

Tejeira está en Quito por primera vez —es uno de los invitados de tercera edición de “La Casa Cine Fest”— y a su incursión le precedió una promesa incumplida: le había dicho a un amigo y colega ecuatoriano, Juan Sebastián Jácome —director de La Ruta de la Luna y coproductor de Feriado—, que juntaría plata y vendría a Ecuador en 2009. “Nunca tuve plata”, explica, pero “ahora voy a firmar, junto con ‘JuanSe’, un contrato de coproducción de una película que queremos presentar a Ibermedia. Tenemos el guión —escrito por Jácome— que, por ahora, se llama Sábado Ceniza y cuenta la relación entre una hija y un padre en el momento en que un volcán está por erupcionar, no sé si esté bien dicho el verbo, no hay volcanes en Uruguay (sonríe)”.

Durante la edición del Festival de cine latinoamericano del año pasado, otro uruguayo, Pablo Fernández —codirector de Reus—, esbozó la idea que hoy ve la luz: el director propuso instaurar un marco legal que permita hacer coproducciones entre Ecuador y Uruguay.

Fernández había roto un récord en taquilla en su país (más de 50 mil espectadores) con una historia de realismo social que, a inicios de 2015, la comparaba con Ratas, ratones y rateros, de Sebastián Cordero. Tejeira, en cambio, habla de una “melancolía uruguaya” entorno a su historia, un sentir que asocia con el origen migrante de sus compatriotas: “talvez eso se deba a que venimos de los barcos y no sabemos bien de dónde somos. La fiesta más grande del Uruguay se llama ‘La Noche de la Nostalgia’, una en que la gente sale a bailar canciones de décadas pasadas, sesenta, setenta, y hay mucho más movimiento y consumo que en Navidad. Eso también define al uruguayo, que en lugar de disfrutar el hoy, el presente, disfruta recordando los momentos pasados, los de su juventud”. Cerrar los ojos, fundir a negro las ideas para recurrir a los recuerdos es el leitmotiv del Uruguay de estos filmes, y otros como 25 Watts, Whisky o El Baño del Papa. (F)

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