El maestro Juan García Salazar nació en 1944 en El Cuerval, poblado de La Tola, en el norte de Esmeraldas. A su pueblo se lo llevó el río en el fenómeno El Niño de 1997. Solo quedaron los rastros de algunas casas. Mucho antes de que su territorio desapareciera por el agua, él, en los años 70, inició una serie de investigaciones sobre los orígenes de los afroecuatorianos.

El ‘Bambero mayor’, como era conocido por sus hermanos y hermanas -así llamaba García a sus seres cercanos-, falleció de un paro respiratorio, producto de un cáncer de estómago que estaba enfrentando mediante quimioterapias. Su cuerpo será incinerado para luego trasladar sus cenizas a su pueblo natal. El historiador de la negritud fue velado este miércoles en la Funeraria La Paz, en Quito. Hoy se realizará una capilla ardiente en su honor en el Gobierno Provincial de Esmeraldas.

El afán del maestro García por la historia lo llevó a estudiar en la Johns Hopkins University, donde hizo una tesis sobre la llegada de Alonso de Illescas a Esmeraldas. Él recorrió varios de los territorios de raíz africana, incluyendo América Latina y el Caribe, y Estados Unidos. “Cuando lo conocí ya era famosísimo”, dice Juan Montaño, quien colaboró con García en distintas investigaciones. Según Montaño, la producción de García supera los 50.000 documentos, los cuales están bajo la custodia de la Universidad Andina Simón Bolívar y el Ministerio de Cultura y Patrimonio.

“Hay que explorar en cada papelito de la historia para conocer aquello que debió ser y no lo que el cronista del colonialismo quiso que se supiera”, le decía García a Montaño, con el objetivo de que sus alumnos y su comunidad hicieran lecturas y relecturas permanentes. El anterior febrero, la Universidad Andina realizó el homenaje-exposición Juan García Salazar. Maestro y Obrero del Proceso.

La muestra contó con una sección documental en la que se presentó material escrito y audiovisual del maestro, incluyendo un video preparado especialmente para este homenaje a partir de diversas voces.

Mucho de este material forma parte de la colección del Fondo Documental Afro-Andino de la misma universidad. Según el mismo García, este archivo está destinado a los afroecuatorianos -u otras personas- que quieran conocer la vida de sus antepasados con “elementos para fortalecer las identidades, pero también es una forma de preservar la tradición oral, la literatura oral, una manera alternativa de enseñanza pedagógica”.

El fondo está considerado como el repositorio más grande del país y de la región de materiales orales, visuales y escritos en torno a los pueblos afroandinos. Cuenta con una colección de audio, con más de 3.000 horas de grabación y 1.333 archivos, divididos en 2 categorías; una colección fotográfica, con aproximadamente 10.000 imágenes, que van de 1970 a 2002.

Este acervo posee, además, documentos contemporáneos donde está incluida una colección específica del trabajo de y sobre Juan García, y textos publicados desde y sobre lo afro en Ecuador y el mundo.

“Con el maestro Juan García hay un antes y un después en todo lo que implica el desarrollo y la defensa de los derechos del pueblo afroecuatoriano”, dice Edzon León, alumno, amigo y hermano de lucha de García, y añade:  “él ha hecho una relectura de la historia y eso ha implicado una reconfiguración y un posicionamiento del pueblo afro. Antes la gente nos veía como esclavos, pero luego de García empezamos a tener una identidad más cimarrona, más contestataria y de defensa de los derechos colectivos”. 

Uno de los mayores aportes de García fue haber sospechado de la academia, porque sabía que estas instituciones fueron las que invisibilizaron e inferiorizaron la historia de la negritud. El método de García consistía en hablar con las mujeres y hombres mayores de su pueblo y convertirse en el transmisor de su memoria y palabra. “Su posición política lo alejaba de los discursos de la academia, porque entendía que esta había ocasionado una serie de violencias epistemológicas con las historias del pueblo afroecuatoriano. Él hace parte del pensamiento de la diáspora”, añade León. (I)