‘El Inventor’: o el arte de atar cabos para viajar en el tiempo

UNO

“La mente es como un paracaídas, sólo funciona si la tenemos abierta”, decía el científico Albert Einstein, y no se me ocurre mejor frase para describir esta obra, donde creación, imaginación y búsqueda son sus ejes transversales, trilogía de todo genio.

El Inventor es el primer unipersonal del actor y dramaturgo Antonio ‘Toño’ Harris (Cuenca, 1979), miembro del grupo Clowndestinos, quien decidió dar el salto en solitario como parte de su experimentación, consciente de los desafíos.

“El juego del clown es donde más cómodo me siento, dice Harris, aprovecho lo que pasa con el público. Esta obra es más compleja para improvisar, pero de todas formas ocurre. Estando solo debo estar atento a todo los elementos”.

Toño Harris, miembro dle grupo ‘Clowndestinos’, encarna a un desconocido, pero soberbio inventor que presenta su creación al público.

La obra gira en torno a un inventor desconocido que presenta su maravilloso invento, esperando el reconocimiento del público que lo hace sentirse grandioso. Al ver que a su creación le falta algo, idea cualquier cosa para mostrar y satisfacerse, pero poco a poco se va dando cuenta que no es lo que él buscaba y entre sueños, recuerdos y delirios encuentra algo inesperado que lo llevará más allá.

“Para mí lo más lindo de escribir y montar la obra es que me ha enseñado a liberar muchas cosas: miedos, preocupaciones, iras, en fin, tiene que ver mucho con el perdón”.

La dirección está a cargo del Carlos “Cacho” Gallegos, la musicalización de Santiago Jiménez, la escenografía de Morice Montero y el diseño de iluminación de Jorge Gutiérrez. El vestuario fue producto de la creación de Paulina Sánchez, esposa de Harris y miembro del grupo Clowndestinos, testigo de todo el proceso creativo de Harris.

“La fase de escribir e investigar les tomó 3 meses, el montaje 2 más, pero super intensos. En esa época el Toño casi ni dormía porque además se encargó varias cosas además de la actuación y la dramaturgia. Nos ayudábamos en loq ue podíamos”.

La producción fue totalmente independiente y la obra ya ha sido presentada en varios escenarios de la capital. Esta vez fue la Casa Malayerba la que brindó el espacio.

El Inventor está basado en hechos personales del actor, pero no desde una mirada literal sino desde una construcción de experiencias, imaginación y juegos.

“Hay códigos, hay símbolos, dice el actor. Es una obra donde estoy experimentando mucho al poner al payaso en una situación muy vulnerable en escena, mostrando fragilidad. Hay momentos muy íntimos, la idea que la lectura sea abierta”.

DOS

Inventor es una palabra que infunde respeto, pero de alguna forma la línea que la separa de la locura es sumamente delgada; quizá por ello a quien dedica su vida a crear lo acompaña un aura sagrada, porque visualiza algo que para otros no existe.

Las luces se encienden. El inventor aparece con su nariz roja, pantalones de líneas, chaqueta bordada, zapatos coloridos. Sus primeros movimientos —graciosos, certeros— advierten que la obra no tendrá diálogos; sus gestos, los objetos y la música, los únicos guías.

“Experimento con códigos y símbolos, y pongo al clown en una situación muy vulnerable en escena”

Tres elementos predominan: el retrato de su padre, una maleta vieja y el objeto misterioso detrás de una sábana. Al parecer se trata del gran invento que lo llevará a la cúspide. ¿Pero cuál es la cúspide? 

Mientras halla la repuesta, el inventor va revelando una serie de inventos pequeños —no por ello menores— que surgen de la necesidad (madre de toda creación) hasta desembocar en el gran invento: una máquina del tiempo, aunque la búsqueda haya sido el viaje. En adelante, un remolino de sensaciones desembocan en un final maravilloso, inesperado.

“La mente es como un paracaídas. Sólo funciona si la tenemos abierta”. Toño Harris logra traducir esas palabras de Einstein, pero con su nariz roja y en silencio.

Datos

• La última función de ‘El Inventor’ se presentará hoy, con música en vivo, a las 18:30, en la Casa Teatro Malayerba (Sodiro 345 y 6 de Diciembre, plazoleta de la Iglesia del Belén, frente al Churo del Parque La Alameda). Entradas: $10, $8 y $5
• Dirección: Carlos “Cacho” Gallegos. Actuación: Antonio Harris. Guión: ‘Cacho’ Gallegos y ‘Toño’ Harris. Musicalización: Santiago Jiménez. Vestuario: Paulina Sánchez. Escenografía: Morice Montero. Diseño de iluminación de Jorge Gutiérrez.
• El grupo Clowndestinos fue creado hace 10 años en Cuenca, tiene 5 integrantes y ha realizado presentaciones en todo el país