Begoña Salas:“Mis críticas a la sociedad las hago pintando”

A los siete años, Begoña Salas (Colombia, 1987) trazaba —como la mayoría de niños— formas y colores sobre pedazos de cartulinas, pero a diferencia de quienes con el tiempo dejaron de explorar la imaginación, ella siempre supo que dedicaría su vida a la pintura. A esa misma edad, Begoña dejaba su natal Pasto para radicarse en Quito; y el hecho de pertenecer a muchos sitios (hija de padre colombiano y madre española) hicieron de la creación su verdadero territorio.

Diecinueve años después, Begoña sigue interviniendo la realidad con sus dibujos. Bipartición —su más reciente exposición en la Casa Humboldt— así lo confirma. 30 cuadros de óleo sobre lienzo que exploran las difrentes taras, miedos y conflictos de la sociedad contemporáneo desde una mirada surrealista.

“Cada cuadro es el reflejo de dos mundos —explica—, el natural y el superficial. Existen personajes que reflejan lo que viven y lo que son a través de elementos semióticos, que los utilizo para llegar a un fin, son cuadros surrealistas, ya que lo que pinto son imágenes fantasiosas, y expresionistas, por el nivel de impacto en ellos, trasmiten sensaciones, intriga y emoción”.  

Retratos Inventados

Bipartición es una secuencia de la primera muestra pictórica de la artista: Patología de un secreto (2010), una exposición de 50 retratos que, de alguna forma, mostraban algo de lo que escondían a través de sus gestos y miradas.

“Era como un juego. Yo le ponía un título, una sola palabra, y el público se conectaba con esa palabra más el cuadro y luego le ponían un secreto. Entonces cada uno tenía un secreto asociado con lo que veía en la obra”, explica.

A diferencia de Patología de un secreto, Bipartición propone retratos compuestos, figuras complemetadas por entornos, atmósferas, elementos arquitectónicos o animales que amplian las lecturas del espectador. 

“Estas personas son inventadas,  pero reflejan la sociedad en que vivimos, tienen rasgos o personalidades muy marcadas, y en esa medida mis cuadros son críticas a la sociedad, cosas que no comparto”.

Uno de ellos es El Borrego, el retrato de una persona con cuerpo de animal que lleva colgado un  uniforme de cuatro patas.

“Esta, por ejemplo, es una crítica del hombre que se conforma con un trabajo  convencional, que no siempre le gusta sino que lo hace por pertenecer a un estatus y estar dentro de un círculo determinado, olvidándose de sus propios intereses, los de verdad”, dice.

Ojos como mundos

Si hay un rasgo característico en la obra de Begoña Salas son los ojos. Enormes. Brillantes. Sobresalientes. Un elemento que también en la fisonomía de la pintora resalta, elemento en común con todos los rostros que inventa.

“Es cierto, casi todos los cuadros se parecen a mí; y es porque es la imagen que más has visto en la vida. Sale inconcientemente, pero me gusta porque expresan mucho, con un solo ojos tú puedes lograr todo lo que una cara puede llegara a decir”.

Entre sus referencias artísticas se encuentran Salvador Dalí, Gustav Klimt y Pablo Picasso, entre otros.
“Admiro a casi todos los pintores que pudieron salir adelante con un trabajo propio. Me encantan los artistas españoles y alemanes, y creo que todo lo que uno estudia se te queda en el subconciente. Luego, cuando tú haces un cuadro, de alguna forma sale ese aprendizaje, en mi caso trato de hacerlo mío”.

Para Bipartición, Begoña tuvo un plazo de dos meses, por lo que dividió el tiempo acordado para los 30 cuadros.

“Si bien el tiempo era corto,  explica, ayudó el haber tenido claro el concepto de lo que quería. Cada cuadro me tomó 2 días. Empezaba a las 6 de la mañana y me iba de largo hasta la noche. Fue un proceso muy intenso, pero valió la pena”.

DATOS

**Begoña Salas (Colombia, 1987) es pintora y diseñadora gráfica. Los géneros que maneja se enmarcan en las líneas del surrealismo y el expresionismo contemporáneo.

**‘Bipartición’ es la continuación de una serie iniciada en 2010: "Patología de un secreto", y consiste en 30 retratos de óleo sobre lienzo (90 x 70 centímetros) en los que la pintora revela una serie de personalidades propias del mundo moderno, volviendo su obra una forma de crítica contra ello.

**La exposición estará abierta al público hasta el 17 de mayo en la Casa Humboldt (Vancouver y Polonia). De lunes a sábado, de 10:00 a 18:00. Entrada libre.