La agrupación mexicana Asalto Diario cumple tres décadas de intervenciones en el espacio público, explorando con la danza y generando respuestas. Lo celebran hoy con cuatro piezas en escena. Una de ellas es la misma que permitió su formación, Todo aquel sorprendido, todo aquel consignado,  del ecuatoriano Luis Mueckay. 

Hace treinta años el grupo participó con esta puesta en escena en un concurso organizado por el Instituto Nacional de Bellas Artes y la Universidad Autónoma Metropolitana, en el cual obtuvieron el segundo lugar.

Ese fue el inicio de un trabajo continuo en el cual han explorado su trabajo y sus “asaltos”, como llaman a sus intervenciones en el espacio público, sin previo aviso, a la espera de romper con la cotidianidad de la gente que habita la ciudad. Su propósito es hacer del espacio público un lugar escénico que permita cuestionar, replantear y criticar nuestras realidades.

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En su celebración, hoy a las 20:00, en el Museo Antropológico y de Arte Contemporáneo (MAAC), presentarán las obras Hombre trabajando, Rockola-Dance y Autopsias rápidas, de autoría de sus directores Miguel Ángel Díaz y Claudia Vázquez. A través de estas obras muestran la evidencia del cambio en su propuesta escénica.

El grupo sigue los pasos del “teatro invisible”, de Augusto Boal. Es así como los miembros de Asalto Diario aparecen sin previo aviso para que la gente se vea envuelta en una coreografía.  “Nos gusta irrumpir en la cotidianidad de la gente para que en el espacio público se reflexione sobre los problemas que hay en la sociedad”, dijo en una entrevista Miguel Ángel Díaz.

Con su trabajo, el grupo de experimentación también denuncia que los espacios públicos, que deberían formar a “ciudadanos más conscientes y participativos”, se han visto impregnados por “el mundo del comercio y el consumo”. A través de una serie de imágenes que abundan en las ciudades, el comercio vende una imagen aspiracional a la gente de cómo ser. (I)