Cuando Irene V., administradora de empresas, comenzó a trabajar en una empresa multinacional sus ingresos mejoraron. En su anterior empleo ganaba menos de la mitad de lo que percibe hoy en esta organización, en la cual trabaja hace más de 3 años.

En el área administrativa y de ventas los sueldos pueden incrementarse si los ejecutivos demuestran que alcanzaron los objetivos fijados al principio del año. Este aumento salarial forma parte de una de las políticas de esta compañía para motivar a sus colaboradores a imponerse metas cada vez más altas.

Desde que empezó a trabajar en esta compañía su sueldo se equiparó al de su esposo quien trabaja en un negocio familiar. Ambos comenzaron a percibir los mismos ingresos y todo el dinero alimenta a un fondo común destinado a los gastos familiares. Después de más de un año de trabajar en esta multinacional, Irene consiguió un aumento de sueldo por los resultados logrados en ventas. Así que su sueldo superaba al de su cónyuge. “Me alegré tanto por la noticia que lo primero que hice fue llamar a mi esposo para contarle y su reacción, al principio, fue de incredulidad”. Cuando llegó a casa, no pudo evitar abrazarlo y casi de inmediato le contó sobre el aumento de sueldo.

Recuerda que estaba un poco serio y parecía que no le prestaba la atención debida. Creyó que lo mejor era evitar el tema, así que no volvió a hablarle sobre el incremento por unos días. Sus hermanas, quienes también se enteraron de la noticia, le sugirieron que buscara el momento para hablar con su esposo sobre el tema, porque, según ellas, a “muchos hombres no les agrada ganar menos que su esposa”. Ella acogió el consejo y abordó el tema en un fin de semana. “Creo que mi esposo estaba enojado, pero no lo quería admitir, así que cuando hablamos, se abrió totalmente y me dijo que le costaba vivir con el hecho de que yo tuviera un mejor sueldo”. Irene cuenta que lo abrazó y le dijo que no dejara que la sociedad machista influyera en su comportamiento. Aunque las primeras semanas le costó ‘digerirlo’ como dice ella, a los pocos meses lo aceptó e incluso la invitó a comer para festejar su logro profesional.

Irene comenta que llegó a pensar que su matrimonio se vería afectado por este tema e incluso se le cruzó por la mente buscar otro trabajo.

Actualmente es cada vez más común que las mujeres ganen más y que en muchos casos sean el sostén de la familia. Aunque muchas parejas minimizan el valor que tiene el dinero en sus vidas, este, sin duda, está cargado de significados, ligados al poder y al control, a la libertad o a la dependencia.

Según la psicóloga Margareth Borniatti, especializada en Brasil, muchos hombres se sienten inseguros cuando sus esposan perciben un sueldo mayor. “En esta sociedad, a pesar de los cambios producidos, predomina el machismo, porque se asume que el hombre es el proveedor. Puedo decirle que a mi marido le gustaría mucho que yo ganara más que él, porque es un hombre seguro de sí mismo, pero no todos son así”. Borniatti considera que cuando una mujer gana más, asume también más responsabilidades laborales, lo que la obliga a dedicar más tiempo a su profesión y es entonces cuando surgen los conflictos.

“A veces la familia quiere a una madre más presente que a una mujer ejecutiva que no tiene horario y que tiene que viajar por su trabajo, pero hay muchas mujeres que han conseguido organizarse de tal manera que logran cumplir con éxito ambas tareas”.

Una investigación denominada ¿Por qué siguen trabajando más las mujeres en casa? advierte que todavía hay teorías económica que afirman que cuanto mayor es la presencia de la mujer en el mercado laboral, menos tiempo dedica a las tareas doméstica, pero la realidad contradice esta conclusión, porque a pesar del aumento de la cuota femenina en el mercado laboral, el tiempo que dedican los hombres a los quehaceres domésticos ha variado muy poco en los últimos decenios. Así mismo los estudios muestran que cuando una mujer trabaja más horas que su marido, continúa asumiendo la mayor parte de las tareas del hogar. Según los investigadores, estas situaciones tienen su origen en las normas sociales.

Inseguridades

Si los hombres han basado su seguridad en elementos externos que, según ellos, refuerzan su poder, seguramente tendrán problemas ante una mujer que gane más. Según la especialista, la inseguridad masculina es mucho más común de lo que se cree, porque aún se da por sentado que son ellos los que deben mantener el hogar. Por lo general, ellos han crecido bajo el modelo padre-proveedor y el hecho de que la mujer gane más dinero crea conflictos y hace más difícil el manejo de la relación, en particular, si esta situación se ventila en su entorno de familiares y amigos.

Marco Yépez proviene de una familia en la que siempre se promovió el trato equitativo, quizá a ello se debe que no tenga problemas con que su pareja gane más que él. “Desde que nos casamos ella tenía un sueldo mayor que el mío, porque tenía un puesto de gerencia en una empresa de alimentos, así que no me hice problema porque yo también trabajo y todo el dinero que percibimos va destinado a un fondo común. Nunca tuvimos esa manía de decir esto es mío y esto es tuyo”. Marco advierte que su esposa tuvo la oportunidad de especializarse en el exterior cuando estaban recién casados. “Ella iba y venía de Chile para obtener su maestría”. Cuando finalizó sus estudios, consiguió un cargo de gerente y se mantiene en este cargo desde hace más de 5 años. Dice que siempre se sintió orgulloso de ella, porque es responsable y trabajadora.    

Casos de éxito

En el mundo de la tecnología hay muchas mujeres que desempeñan cargos de dirección, tal es el caso de Ángela Ahrendts quien recibió varios millones de dólares por unirse a la compañía Apple.

Cuando se hizo pública su incorporación a esta multinacional, Greg, su esposo, dijo, sin inmutarse, que formaba parte de la liga Mi mujer gana más que yo.

Según un artículo publicado en el diario The Washington Post, ambos consiguieron sobrellevar una relación a distancia durante 17 años y él abandonó su trabajo para irse con ella al Reino Unido cuando Ángela fue nombrada directora de Burberry. Él parece haber dedicado los últimos 8 años a criar a sus 3 hijos, modernizar el hogar y tener la cena lista para ella cuando por fin llega casa cansada y con su tacos de 5 pulgadas.

En Estados Unidos, una cuarta parte de mujeres casadas ganan más que sus esposos. Este tema incluso fue abordado por el periodista Farnoosh Torabi, quien considera que las mujeres con altos ingresos tienen dificultades para encontrar esposo y cuando lo encuentran, él es 5 veces más propenso a ser infiel que otros maridos. Sobre este tema, la Asociación Estadounidense de Sociología determinó que los hombres que ganan menos que sus parejas son más propensos a engañarlas. Los especialistas interpretan que el engaño “podría ser la vía que encuentran los hombres para restablecer una identidad de género que sienten amenazada”.

Carolina Espinosa, psicóloga clínica, señala que el hecho de que la mujer tenga una remuneración mayor no tiene por qué generar conflictos, pero todo dependerá de la dinámica de la pareja. “Hay familias que manejan la parte económica de manera que el dinero que ingresa es de todos y con eso se paga todo. La dinámica de ‘esto es tuyo y esto es mío’, puede generar problemas. Todo depende de la educación que hemos recibido. Me parece que hoy somos más competitivos que antes y en este afán de competir por todo tiene mucha relación con el afán de reconocimiento que tenemos los seres humanos”. En la pareja —dice ella— esta necesidad contribuye a que los vínculos emocionales y afectivos se sostengan, incluso los vínculos sexuales. Cuando el otro siente que no existe el nivel de reconocimiento que está buscando, puede sentirse inseguro.

Mujeres Millenials

Millenials es el nombre que reciben aquellas mujeres que están más preparadas para asumir puestos de liderazgo.

Según la revista Fortune, una de las características más sobresalientes de estas mujeres es que poseen una mayor confianza en sí mismas y valoran más las oportunidades que se les presentan al momento de progresar en el entorno profesional. Estas mujeres, al parecer, tienen más probabilidades de ganar tanto o más que los hombres y, al mismo tiempo, de tomar grandes decisiones sobre las finanzas del hogar y las inversiones, de acuerdo con un informe de US Trust. Las mujeres millennials de alto patrimonio no solo ganan más que las mujeres de otras generaciones, sino que también toman más decisiones financieras que otras mujeres mayores. De hecho, toman más decisiones que sus esposos.

Según un informe publicado por la revista PC Word Chile, se estima que en 93 países las mujeres representan la mayoría de los estudiantes que se forman en las aulas universitarias. Las evidencias muestran que se insertan al mundo laboral con una mentalidad diferente a la de sus pares hombres o mujeres de mayor edad; debido a que están altamente educadas, son seguras de sí mismas, tienen una mayor determinación para considerar sus oportunidades de carrera y son más exigentes para seleccionar dónde emplearse.

En función de estas características, los empleadores se ven obligados a gestar culturas inclusivas y estrategias de talento que promuevan la confianza y el desarrollo para esta nueva ola de mujeres profesionales.

Sofía Castro, terapista familiar, advierte que si en la pareja hay amor suficiente y responsabilidad mutua, no debería importar quién gana más.

Para ella es crucial obviar las frases que puedan herir sentimientos, y no minimizar a la otra persona. La especialista afirma que “quien hoy gana más, mañana puede ganar menos”.

A final de cuentas, si el hogar es compartido, los gastos también lo serán. No importa si es el hombre o la mujer quién aporta más, sino que puedan cumplir con todas las obligaciones y vivir en tranquilidad financiera.

Durante décadas, los hombres han crecido en una cultura en la que se afirma que él es el encargado de traer ‘el pan a casa’, pero es necesario superar estos preconceptos y considerar las ventajas de tener 2 ingresos, o de tener un ingreso que provenga de las mujeres.

Dinero

Muchas parejas se desgastan al hacer las cuentas del hogar y más aún cuando ella percibe una mayor remuneración. Para muchos hombres, lejos de ser una bendición, es una tragedia.

En muchos países, por realizar el mismo trabajo, las mujeres reciben un sueldo inferior con relación a los hombres. Aun así muchas de ellas acceden a puestos directivos o a ocupaciones que les permiten generar buenos ingresos.

De acuerdo con el investigador Bernard Prieur, autor del libro Dinero y pareja, “las parejas hablan de su pasado, de sus traumas, pero no de dinero”. Es un tabú.

Es un hecho, que las mujeres han conseguido equidad incluso en el ingreso. Aunque estaban en las mismas condiciones académicas, los hombres eran los que más ganaban.

La especialista

La infidelidad puede surgir cuando ellas ganan más que ellos

Hay muchos casos en los que se corre el riesgo de rupturas de pareja, sobre todo, cuando no están claros los acuerdos entre el hombre y la mujer. Por lo que he constatado, a muchos hombres les afecta el hecho de que la mujer gane más que ellos. No todos manejan bien este tema. Hay casos en que ellos se sienten disminuidos, porque asumen que son “el hombre de la casa y eso implica ganar más”.

Ante este tipo de situaciones, las mujeres reaccionan de manera diferente. Hay mujeres que al constatar la preocupación de los maridos, deciden cambiar de empleo y así ganar un menor sueldo. En ese caso, optan por mantener un perfil laboral bajo. Otras, simplemente, no perderán su empleo y enfrentará la situación. Todo dependerá de la personalidad de ellas. He constatado, que, en muchos casos, cuando las mujeres ganan más, los hombres pueden ser proclives a la infidelidad. He tratado casos de hombres que presentan disfunción eréctil, porque la mujer tiene un mejor puesto o recibe un sueldo mayor.

Paola Erazo, psicóloga clínica. Centro Uruz