En el informe presidencial respecto a 2016, el Presidente habló de la situación económica, el terremoto y las medidas económicas adoptadas y futuras. Señaló que la tormenta perfecta: shocks externos provocaron la caída de exportaciones, disminución de financiamiento externo y reducción de la liquidez llevando a menor actividad económica que retroalimentó la desaceleración de la economía.
Enfatizó que la situación se agravó en 2016 por la caída del precio del petróleo, atenuada por una ligera recuperación, y pago a la Oxy. Por estos factores, señaló que se extendieron las salvaguardias y tributos, se generó aplazo a proveedores y recorte en inversión pública. Planteó que 2016 será de administración de la crisis del terremoto y de los problemas económicos. Insistió en que los efectos de los choques externos han provocado costos sociales, que se han minimizado, sin paquetazos. Si bien ha disminuido el déficit comercial, el déficit fiscal ha aumentado por el pago a la Oxy y el terremoto.
Para este desequilibrio, se tomaron medidas antes (impuesto a bebidas azucaradas y otros) y después del terremoto (incremento del IVA, aporte de días de sueldos, impuesto al patrimonio, etc.) y la reducción del tamaño del estado, las que analicé en varios artículos. El presidente justifica los nuevos tributos, que financian la reconstrucción, porque tienen un efecto expansivo mayor que el impacto recesivo de los impuestos. El problema es que, en la coyuntura actual, con shocks externos, terremoto, aumento de precios (por IVA), caída del nivel de actividad, año político, etc. crean un escenario económico complicado, que induce a expectativas económicas grises, hay menos incentivos para la inversión. Se proyecta un decrecimiento, continuará la escasa la liquidez y los atrasos a proveedores y contratistas.
Aun así, el Presidente anunció el envío de los proyectos de Ley de Herencia y Plusvalía. El primero fue enviado a la Asamblea, el año pasado, pero retirado por las manifestaciones. Analicé el mismo en junio/16, establecía una base imponible del impuesto a la renta progresivo a la herencia de $ 35.400 (100 SBU), hoy se paga a partir de $ 68.800. Ahora, se propone que la base comience con $ 175 mil (480 SBU). Quien reciba una herencia por este valor, individualmente, no pagaría impuesto a la herencia. Con esto, la clase media (nivel bajo e intermedio) no sería afectada, pero el nivel más alto sí. En el caso de bienes productivos, las empresas o negocios en marcha pagarían sobre el excedente de ese valor un 17,5% de impuesto, que cancelarían los herederos de los más ricos. También se contemplaba un impuesto marginal a la herencia y la división entre herederos directos y los indirectos. El nuevo proyecto de impuesto a la plusvalía, aplicará a la segunda venta y gravará la ganancia extraordinaria por aumento de precio del inmueble, pero el Cootad ya establece un impuesto a la plusvalía. El gobierno justifica los nuevos tributos por justicia redistributiva. Habría que analizar los textos de los proyectos para evaluar los efectos reales. (O)
