El gobierno envío a la Asamblea el proyecto de Ley Para la Optimización de la Jornada Laboral y Seguro de Desempleo, con carácter de económico urgente, que contiene normas para incentivar el empleo juvenil (pasantías y contrato juvenil), mantener el empleo formal (reducción de la jornada laboral) y la creación de un seguro de desempleo (que sustituye al seguro de cesantía del IESS). Con este proyecto, el Ejecutivo busca paliar el desempleo que es uno de los efectos de la caída del nivel de actividad económica por la reducción del precio del petróleo y otros impactos externos.
El desempleo formal juvenil, como tendencia mundial, es más alto que el desempleo formal de adultos. En el sector informal, sin embargo, los jóvenes tienen un empleo precarizado, con ingresos de subsistencia a través de la economía popular (microempresas). Es una reforma laboral que busca enfrentar el desempleo juvenil con cambios en la ley de pasantías en el sector empresarial, que establece que todo estudiante o egresado debe percibir un salario mínimo y ser afiliado al IESS.
Ahora, se propone que la duración de la pasantía sea máximo de 6 meses, el pago de un estipendio y afiliación al IESS con una remuneración equivalente al salario básico unificado. Se trata de una flexibilización para emplear a pasantes, disminuyendo el costo para la empresa —que probablemente ofrecerá el pago de almuerzo y posible contratación al estudiante con buen desempeño que, con la afiliación al IEES, accederá a las prestaciones—. El menor costo incentivaría a la empresa a contratar y los estudiantes se benefician con la experiencia que obtienen, que es uno de los requisitos para optar por un primer empleo.
El proyecto introduce la figura del contrato de trabajo juvenil, para quienes tengan entre 18 y 24 años. Como incentivo para que las empresas contraten jóvenes está que el aporte patronal al IESS lo pagará el Gobierno siempre que la remuneración sea de hasta 2 salarios básicos unificados; que sea empleado hasta por lo menos 12 meses y que dichos contratos no superen el 20% de la nómina laboral de la empresa. Así, las empresas verán reducido su costo laboral al contratar jóvenes.
Para tratar de mantener el empleo formal, se propone la reducción de la jornada laboral hasta 30 horas semanales. Para ello, la empresa debe cumplir una serie de requisitos. Entre los más importantes: demostrar que han disminuido sus ingresos, no despedir a trabajadores, aportar al IESS sobre la base de la última remuneración antes de la reducción de la jornada laboral y pagar por las horas trabajadas.
La medida flexibiliza la duración de la jornada laboral, disminuyendo costos para la empresa, pero sin alterar el salario mínimo; sin embargo, reduce el ingreso de los trabajadores. Se defiende el empleo que, a escala micro, depende de las ventas empresariales. A escala macroeconómica, está relacionada con el consumo y la inversión, o sea la demanda agregada que, en crisis, cae. Para que las medidas sean efectivas también debe incentivarse esta. El seguro de desempleo busca sostener el consumo. (O)
