Están plenamente identificados. Uno de ellos es Henrique Capriles. Exgobernador del estado de Miranda. Candidato perdedor en las elecciones presidenciales del 14 de abril de 2013, representando a la derecha agrupada en la Mesa de la Unidad Democrática (MUD). Participó activamente en el golpe del 11 de abril de 2002 en contra de Hugo Chávez.
María Corina Machado, diputada de la Asamblea Nacional por el estado de Miranda desde enero de 2011. Afiliada al partido Vente Venezuela, de orientación neoliberal. A esta dama el
presidente de Estados Unidos George W. Bush la recibió en la Oficina Oval el 31 de mayo de 2005. La reunión tuvo una duración de aproximadamente 50 minutos. María Corina fue tratada como Jefa de Estado… sin serlo. Participó en el golpe de 2002. El 12 de abril de ese mismo año firmó como adherente el acta de posesión del usurpador Pedro Carmona.
Leopoldo López Mendoza, fundador del Partido Voluntad Popular (derecha). Fue alcalde del municipio Chacao, de Caracas, desde 2000 hasta 2008. Participó en el golpe de 2002. Ramón Aveledo, secretario general de la MUD. Es dirigente del partido Copei (socialcristiano). También tuvo activa participación en la asonada de 2002.
La Revolución Bolivariana
es un proceso irreversible
porque incorporó al
pueblo en la construcción
soberana de su destino.Tal parece que la oposición no se ha tomado la molestia de leer el artículo 72 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en vigencia, cuyo texto es el siguiente: “Todos los cargos y magistraturas de elección popular son revocables. Transcurrida la mitad del período para el cual fue elegido el funcionario o funcionaria, un número no menor del veinte por ciento de los electores o electoras inscritos en la correspondiente circunscripción podrá solicitar la convocatoria de un referendo para revocar su mandato.
Cuando igual o mayor número de electores o electoras que eligieron al funcionario o funcionaria hubieren votado a favor de la revocación, siempre que haya concurrido al referendo un número de electores o electoras igual o superior al veinticinco por ciento de los electores o electoras inscritos o inscritas, se considerará revocado su mandato y se procederá de inmediato a cubrir la falta absoluta conforme a lo dispuesto en esta Constitución y en la ley.
La revocación del mandato para los cuerpos colegiados se realizará de acuerdo con lo que establezca la ley. Durante el período para el cual fue elegido el funcionario o funcionaria no podrá hacerse más de una solicitud de revocación de su mandato”.
Parece que la revocatoria contemplada en la Constitución está
muy lejana para los opositores, puesto que la mitad del período para el que fue electo Maduro se cumple en 2016. En el caso de que no consiguieren sus propósitos, tendrían que esperar las nuevas elecciones en 2019. Seguramente, para los neoliberales, una eternidad. Por ello –sin ningún disimulo– han escogido el atajo golpista.
La derecha es la misma en todas partes: se maquilla como ‘defensora de la libertad y de la democracia’, cuando en realidad lo que busca es controlar las riquezas de la nación, para el disfrute de unos pocos criollos y de sus amos extranjeros.
La Revolución Bolivariana es un proceso irreversible porque incorporó al pueblo en la construcción soberana de su destino. Las Fuerzas Armadas Bolivarianas resistirán a las tentaciones.
El pueblo venezolano vencerá a los neofascistas, hoy disfrazados de opositores democráticos
