La economía de mercado puede resumirse en dos enunciados: primero, “la mano invisible” es beneficiosa para la sociedad en su conjunto; y, segundo, el crecimiento económico no es un juego de suma cero. Estos dos enunciados parecieran ser contrarios al sentido común. Me referiré al segundo.
En la teoría de los juegos no cooperativos, un juego de suma cero describe una situación en la que la ganancia o pérdida de un participante es proporcional con las pérdidas o ganancias de los otros. Los participantes pueden ser competidores de un mismo sector, o varios sectores de la economía, o importadores y exportadores, o sector público y sector privado. El fútbol, el ajedrez y el casino son juegos de suma cero donde, para que uno gane, necesariamente el otro tiene que perder. La guerra es un juego de suma negativa donde todos pierden. Contrariamente, la paz y la prosperidad económica podrían ser un juego de suma positiva en el que todos ganan.
Las personas hacemos transacciones. En el mercado las transacciones son voluntarias, y si alguna de las partes considerara que su bienestar empeorará, simplemente no hará la transacción. Los conocimientos, habilidades y destrezas en situaciones concretas de intercambio incrementan las posibilidades de una parte para que pueda elegir mejor o competir de mejor manera que la otra.
La teoría económica clásica establece la importancia de la competencia para el crecimiento económico. Cuando se combinan la libre competencia con un gobierno eficiente y neutral, el impacto en el crecimiento es positivo y significativo. La argumentación liberal defiende la competencia como el mejor medio para coordinar los esfuerzos humanos. El uso eficaz de esta como principio de organización social excluye la interferencia coercitiva del Estado en la vida económica. Allí donde pueda crearse una forma de competencia efectiva, y no la intervención coercitiva o arbitraria de la autoridad, será el mejor destino para conducir los esfuerzos individuales.
Una política de reactivación económica que busque el desarrollo de emprendimientos y la generación de empleos, debe crear condiciones positivas para facilitar la libre competencia y evitar prácticas coercitivas.
La competencia tiene un impacto positivo en el crecimiento económico. Crear las condiciones en que esta actuará con toda la energía posible y complementarla allí donde no pueda ser eficaz, es un amplio e indiscutible ámbito para la actividad del Estado, lo que redundará en un juego de suma positiva donde todos ganan. (O)
