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El Telégrafo
Simón Valdivieso Vintimilla

La soberanía es…

08 de febrero de 2024 - 00:00

La soberanía es para el Estado lo que la dignidad y la honra es para el ser humano. De ahí que el Decreto 111 del presidente de la República responde a un clamor ciudadano frente a los hechos violentos que vive el Ecuador desde hace algunos años y que ha enlutado al pueblo ecuatoriano.

Y es que el Decreto hace referencia a la existencia de un conflicto armado interno y dispone a las Fuerzas Armadas actuar contra el crimen organizado transnacional, organizaciones terroristas y los actores no estatales beligerantes que se han afincado en el Ecuador y de paso menciona a los grupos del crimen organizado transaccional, lo que su predecesor no lo hizo.

La violencia en las cárceles y en las calles del país que nos conduce al Decreto 111 no es algo improvisado, responde a una estructura criminal que tiene sus tentáculos incluso en las esferas gubernamentales,  y que el martes nueve de enero alcanzó el propósito, que es generar una cultura de pavor, pues estamos viviendo una guerra psicológica, y  para el colmo las redes sociales bien o mal intencionadas entran en el juego con lo que alguien dijo la “narrativa del terror” que engrandece al delincuente, amplifica su voz y el de su acción violenta.

Y claro al margen de la discusión jurídica de los términos terrorista o beligerante, las 22 organizaciones identificadas por el presidente Noboa, son la muestra de que estamos frente a grupos que recurren al uso de la violencia y el terror con ataques indiscriminados con el fin de generar miedo, intimidación o presión sobre el gobierno; de ahí que hoy por hoy ya no se los dice “delincuentes” sino “terroristas’.

El sexto poder del Estado, nacido desde lo fáctico, es la “delincuencia organizada”. El objetivo ha sido identificado y a la serpiente se la mata cortándole la cabeza sin esperar que ataque por el peligro que entraña, eso significa defender la paz, la libertad y la seguridad.

Ergo, este “neo poder” cumple una función desestabilizadora, irrumpe con la paz y la seguridad ciudadanas, que son derechos de los ecuatorianos; por lo tanto, real, es el más tenebroso, de tal suerte que tenemos una patria ensangrentada, insegura, violenta, armada y desarmada, amén de la inseguridad jurídica producto de una justicia amañada. El patriotismo ha salido a flote, es el momento de la unidad nacional en defensa de la soberanía, pues como dijo José Martí, la soberanía nacional es la joya más preciada que una nación puede resguardar. 

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