Los resultados que se conocen de las elecciones de alcaldes, en las capitales provinciales, muestran varias tendencias. La derecha, en sus distintas tonalidades, capta poder local en ciertas ciudades grandes e intermedias, Avanza repunta y AP disminuye dicho poder. Sin embargo, esta logra mantener sus posiciones en las prefecturas. En las elecciones presidenciales y de asambleístas de 2013, en que se disputaba el poder político nacional, la derecha casi fue borrada, ahora resucita ganando espacio político local y regional.
La pérdida de poder local de AP es sintomática en Quito. Los residentes en la capital fueron afectados por las multas de tránsito, aumento de los impuestos prediales, el congestionamiento por tráfico, la inseguridad, etc. Como ejemplos, una multa por exceder el horario de estacionamiento en la zona azul era de 38 dólares, si se pagaba en una hora. Si se excedía ese tiempo trasladaban el carro a patios municipales y costaba retirarlo 150 dólares. Si no se respetaba el horario de pico y placa pasaba lo mismo. Se cerraron algunos UPC en ciertas zonas. Los residentes del Valle de los Chillos tardan aproximadamente, en las horas pico, una hora y media para trasladarse a Quito y otro tanto para regresar. Igual sucede para ir al nuevo aeropuerto y transportarse de sur a norte de la ciudad. No hubo una repuesta inmediata para el problema de la movilidad. La alcaldía, en su último año, realizó obras: pavimentación de las calles de las vías del trolebús, soterramiento de cables en el centro, inauguración de 3 parques, firma de contrato de construcción del metro, etc., sin embargo fueron recién en el último año. Si bien la capital tiene resuelta la provisión de los servicios básicos y hay espacios de esparcimiento, cultura, etc., los problemas señalados, la orientación y temporalidad de la gestión municipal incidieron en la decisión electoral, sobre todo los de la clase media.
En Guayaquil, en cambio, la disputa estaba en los concejales. La campaña del alcalde se basó en resaltar la bondad de su modelo de gestión, la regeneración urbana, etc., que ha favorecido a zonas urbanas y residenciales (clase media), la cual optó por MDG, y a ciertos asentamientos marginales. En cambio, la candidata de AP basó su campaña en criticar dicho modelo. Parte de la clase media y algunos habitantes de ciertos nuevos asentamientos marginales (invasiones) votaron por ella, en los cuales existen problemas de acceso a servicios básicos, aumentando la votación de AP en relación a la elección pasada.
Con el triunfo en las ciudades señaladas y otras intermedias, la derecha moderna gana poder local, la derecha tradicional renace y la nueva derecha fue desplazada por la primera. Avanza logra buenos resultados en ciudades pequeñas y medianas. A ciertos movimientos y partidos les faltan estrategas políticos, elegir buenos candidatos, procesar sus diferencias, etc. Estos resultados electorales cambian el escenario de la próxima contienda por la Presidencia y la Asamblea pues en dichas ciudades está gran parte del electorado.
