Se cumple un año más de la fundación de Guayaquil, que invita a celebraciones, festejos y reflexiones sobre la ciudad. El 25 de Julio se rinde homenaje a la ciudad, la historia muestra que es una ciudad pujante, que se desarrolla y progresa, pero de manera diferenciada en cuanto al avance urbanístico. En efecto, crecen y se construyen urbanizaciones y ciudadelas modernas donde habitan estratos altos y medios, pero también crece el otro Guayaquil, el de los asentamientos informales (invasiones), de sectores populares, donde viven los pobres. Al ser una ciudad porteña, hay mucho comercio (formal e informal) y actividades productivas. Pero también avanzamos en turismo con nuevos sitios.
Se puede celebrar la fundación de muchas formas. Visitar los lugares tradicionales como Las Peñas, Cerro Santa Ana, Malecón, etc., pero ahora hay nuevos atractivos como el tren turístico (Durán) que tiene diversos recorridos como la ruta del azúcar, del cacao, etc. El primero va a Bucay y sus encantadoras cascadas visitadas por muchos guayaquileños y de otras localidades; también podemos disfrutar de Isla Santay, que permite reencontrarnos con la naturaleza llenándonos de energía y reducir el estrés; para los que les gusta el deporte, tenemos el Complejo Los Samanes, sitio de sano esparcimiento; para más cercanía con la naturaleza está la Reserva Cerro Blanco, que tiene un bosque seco tropical, declarado reserva de la biosfera mundial; el Jardín Botánico, para conocer la biodiversidad, etc. También están los centros comerciales, con visitantes que compran y otros que solo miran las vitrinas (pobres).
Si bien estas son formas de esparcimiento y celebración, la tradicional del guayaquileño es la reunión familiar, de amigos, etc. en la que no puede faltar la comida típica, que está siendo documentada. La escritora Jenny Estrada acaba de publicar su libro ‘Sabores de mi tierra, historia y tradiciones de la mesa guayaquileña’, que presenta las recetas de los platos de la ciudad. Una amiga de la familia decía que era proletaria pero su gusto era burgués, refiriéndose al buen gusto por la comida. Es en casa donde come la mejor comida, pero hay restaurantes y sitios de comidas populares, huecas, reconocidos por su buena sazón.
En cuanto a los primeros, tenemos sabrosa gastronomía; hay que probar un rico seco de gallina en el restaurant Mi tierra. En la merienda el plato más popular, el arroz con menestra y carne, es delicioso en las Menestras de Pocha o en Pique y Pase, concurridos por la clase media. En las huecas, a las que acuden los pobres, se puede disfrutar un caldo de salchicha (Yulán); un sánduche de chancho (Sanduchón); un encebollado (Marcelo), etc.
El Telégrafo, El Universo y Expreso han publicado reportajes de las huecas. El Municipio de Guayaquil está organizando un concurso de estas para seleccionar las mejores, pero sería ideal que se elaborara una guía para que los turistas nacionales o extranjeros puedan visitarlas y disfrutar de la sabrosa comida guayaquileña y ecuatoriana.
