La Cepal anunció que el país crecerá 5%, en 2014, ubicándose por arriba del promedio de América Latina y el Caribe que solo llegaría a 2,2% por el bajo nivel de la demanda interna, insuficiente inversión y restricciones para implementar políticas para la reactivación. Tanto el Gobierno como el FMI han establecido proyecciones de crecimiento por debajo del 5%.
En 2012, el país creció 5,1% y en 2013 alcanzó 4,5%, o sea que, en los dos últimos años, ha tenido un dinamismo de alrededor del 5%. Con la proyección de la Cepal, Ecuador mantendría su ritmo de crecimiento, pero lo importante es que su economía es más dinámica que las de A. Latina y el Caribe.
¿Cómo se explicaría esto? El Banco Central, en el informe de Cuentas Nacionales, señala que el primer trimestre de este año el país creció 4,9%, debido principalmente al dinamismo del consumo de hogares (2,3%), exportaciones (1,9%) e inversión (1,3%). El aporte al crecimiento del PIB no fue resultado, en este trimestre, de los gastos del Gobierno, cuyo ritmo tiende a decrecer, sino principalmente por la actividad del sector privado. Por otro lado, el VAB no petrolero aportó más al crecimiento (3,7%) que el petrolero (1,3%), lo que implica que hay más dinamismo de parte de los sectores no extractivos.
Desde el punto de vista sectorial, las actividades económicas no petroleras, que más aportaron al crecimiento, fueron construcción (0,8%), manufactura (0,5%), actividades profesionales-técnicas (0,58%), comercio (0,39%) y agricultura (0,36%). Estos sectores son precisamente los que más generan empleo, es un crecimiento con inclusión económica. En efecto, la tasa de desempleo a marzo llegó solo a 5,6%, en marzo del presente año. Los indicadores económicos muestran buen resultado a pesar de que la Refinería de Esmeraldas esta en mantenimiento, lo que impacta de manera negativa en el crecimiento.
Entre los principales factores externos, que explican el crecimiento del primer trimestre de este año, están el incremento de precios del petróleo, aumento de las exportaciones no petroleras (12,7%) y el ligero aumento de las remesas (que impulsa el consumo familiar). En la segunda tendencia, esta mejora se debe al fuerte aumento de las exportaciones no tradicionales (25,4%), de las que sobresalen el incremento de ventas externas del camarón (por crisis tailandesa) y cacao; por otro lado, las medidas restrictivas han reducido las importaciones, todo lo cual contribuyó a que el saldo de la balanza comercial sea positivo, respecto al mismo período del año anterior.
Sin embargo, también continúan ciertos desequilibrios. La inflación ha aumentado ligeramente respecto a la de fin de año. La construcción de megaobras de infraestructura ha generado un déficit fiscal, del 5% del PIB, cuyo financiamiento debe ser completado. Por otro lado, existen ciertos retrasos en pagos de ciertas obras.
El balance es positivo, hay redistribución y menor desigualdad y, dadas las tendencias observadas en el segundo trimestre, al parecer, creceríamos 5%, siempre que no se presente un shock interno (fenómeno El Niño) o externo.
