En la reciente noche de la premiación de los Oscar, me sentí algo desconcertada por la avalancha de premios del filme Gravity, dirigido por el cineasta mexicano Alfonso Cuarón. Si bien era un importante reconocimiento, y por primera vez para un director latinoamericano, la cantidad de premios que se hizo acreedora la película no se justificaba, en mi apreciación personal, con su calidad.

Unos días antes, cuando salí de la sala de cine Ochoymedio, luego de ver la presentación de Europa Report, pensé que esta película, dirigida por el cineasta ecuatoriano Sebastián Cordero, supera en calidad a Gravity. La comparación, aunque odiosa, fue automática, la misma temática de ciencia ficción espacial, bajo la dirección de dos latinoamericanos, recientemente estrenadas ambas. De ahí mi sorpresa en la agitada noche de premiación de los Oscar, luego del famoso selfie y del encanto que me causó el hecho de que Cuarón dedicara el premio a su madre.

La trama de Europa Report, dirigida por el ecuatoriano, resulta muy bien armada. Una misión espacial compuesta por seis astronautas se dirige al satélite de Júpiter, Europa, para tratar de encontrar indicios de vida en un océano oculto bajo una capa de hielo. Una falla técnica provoca la muerte de algunos de sus miembros y se pierde contacto con la Tierra; no obstante, los astronautas sobrevivientes deben superar los traumas físicos y psicológicos para lograr descubrir algo inimaginable. Y a pesar del colapso de la misión, esa información logra llegar a Tierra. El rodaje de la película se realizó en Brooklyn, el guión fue escrito por Philip Gelatt y protagonizada por Sharlto Copley.

La película muestra creativas técnicas para su filmación, se instalaron ocho pequeñas cámaras que tenían 24 ángulos de visión. Se grabó en poco tiempo con una inversión de apenas 8 millones de dólares. Se presenta el filme a través de un supuesto documental y, más que trucos y efectos visuales, lo interesante es la trama que logra Cordero, entre la verosimilitud de la información científica enfrentada a las vivencias psicológicas del grupo de astronautas que se mueven entre la tragedia y el heroísmo, y que terminan por atrapar al espectador.

La carrera cinematográfica de Cordero es prolífica, para beneficio nuestro, el cineasta estrenó su ópera prima Ratas, ratones, rateros en 1999; Crónicas, 2004; ambas cintas recibieron varios premios internacionales. Rabia, dirigida en España, 2009. En 2010 vuelve a Ecuador para filmar Pescador.

El tránsito del realismo de sus películas anteriores hacia la ciencia ficción ha sido un camino que el cineasta ecuatoriano ha enfrentado con éxito.