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Citius, Altius, Fortius

Citius, Altius, Fortius
30 de agosto de 2015 - 00:00 - Freddy Ehlers Zurita

‘Más rápido, más alto, más fuerte’ es uno de los lemas de los Juegos Olímpicos. La frase fue pronunciada por Piere de Coubertin en 1896, en los primeros Juegos de la edad moderna.        

El credo olímpico dice que “lo más importante no es ganar sino competir, así como lo más importante en la vida no es el triunfo, sino la lucha”. Sin embargo, en realidad suele suceder todo lo contrario: se premia únicamente a los ganadores. La idea de convertirse en una potencia deportiva es el gran anhelo de todos los países.

Es necesario en los albores de una Nueva Civilización humana reflexionar profundamente sobre esta creencia. ¿Solo debemos valorar lo que podemos medir y sumar, es decir, lo tangible? Sería interesante que la vida, en todas sus disciplinas, no solo sea calificada exclusivamente por la excelencia medible sino por factores difíciles de cuantificar pero que constituyen lo importante de la vida, como son la solidaridad, la bondad, la humildad o el sentido de compartir.

El deporte se ha convertido en una profesión lucrativa, tal vez para estar a tono con un mundo cada vez más codicioso. Por ejemplo, Usain Bolt, la persona más rápida del mundo, recibe pagos de cerca de 20 millones de dólares anuales por sus hazañas olímpicas.

Sin embargo, conviene recordar que en la antigua Grecia, donde se iniciaron los Juegos hace más de 2.600 años, el propósito de la competición deportiva era contribuir al desarrollo armónico del cuerpo y del alma, a la amistad entre los pueblos y a la unidad de los ciudadanos, siendo esta una manifestación religiosa de acatamiento a los dioses.  Hoy hay nuevos valores más utilitarios y materiales.

El Buen Vivir es disfrutar de la maravilla de la condición humana y sus extraordinarios logros, pero es necesario, deseable, que no impulsemos al dinero o a la fama como la razón de ser de nuestra vida y su propósito mayor. Es el ‘Ser’ más que el ‘Tener’ lo que debería fomentarse como prioridad en toda práctica deportiva, en toda acción humana, así como en todos nuestros sueños y aspiraciones. (O)

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