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El Telégrafo
Ilitch Verduga Vélez

¿Weekend en Sudamérica?

20 de marzo de 2015

En 1955, y posterior a la ‘guerra relámpago’ de la United Fruit y sus mercenarios, que con  apoyo de los tiranos Somoza, Trujillo y la complicidad del pentágono destruyeron la democracia en su país, Miguel Asturias, el nobel guatemalteco, escribió un gran libro, Weekend en Guatemala, en el que desnuda la perfidia histórica de una conspiración y ejecución de un plan macabro  surgido desde las altas  instancias del poder de EE.UU. para derrocar el régimen del presidente Arbenz y  fijar en el  mando de la nación a un títere uniformado, Castillo Armas, el mismo que un lustro más tarde fue ajusticiado por socios non santos. Este cuartelazo origino décadas de violencia vil contra el pueblo de Guatemala, un  genocidio infame, impune, perpetrado por la derecha y los servicios secretos.

Otro fin de semana exitoso para las transnacionales acaeció  casi veinte años después, cuando  la acción de la CIA, por mandato secreto proveniente de la Oficina Oval, posibilitó que el alto mando militar y la derecha política y económica logre derribar al gobierno de Salvador Allende y sumir a Chile en un período de ilegalidad e injusticia; de atroces violaciones de DD.HH.; de estrangulamiento del sistema democrático y constitucional en un Estado que había sido ejemplo de respeto a la ley.

En ambos casos -y estoy cierto que también en otras operaciones de las agencias de inteligencia- no solo se derribó y se provocó la muerte o el exilio de estadistas. Se buscó y se demandó la extinción de las ideas y realizaciones de liberación que muchos procesos en el pasado hicieron los pueblos de América Latina. Y como se sabe se acudió a las más innobles y crueles prácticas de apremios físicos, psicológicos y sociales: ejecuciones, desapariciones, torturas que harían palidecer a la Gestapo, rapto de niños,  pérdida de identidad, ostracismo, miseria contra lo que el poder creía enemigos, es decir, los ciudadanos; la ‘amenaza roja’, el ‘marxismo’ fueron los eslóganes de moda.

Hoy, nuevamente las garras del águila carroñera pesquisan los cambios en nuestro continente y construyen plataformas desestabilizadoras, que posibiliten que los conglomerados sociales pierdan la fe en sus gobernantes, en los actos revolucionarios pacíficos que se dan  en nuestros países y se abra camino a la restauración derechista y bancaria. Es decir, al saqueo de los recursos naturales, el renunciamiento a la soberanía  nacional, el incumplimiento de los DD.HH. y garantías para todos.

Lo que sucede en Venezuela y Brasil en estos meses es muy significativo. La estrategia imperial desplegada tiene absolutas certezas, cuyos objetivos geopolíticos no pueden ser soslayados y que, en mi modesto entender, se dan en dos fases, la primera, la que se está llevando a cabo ahora, que -con algunas variaciones-  corresponde al libreto que la CIA aplicó eficazmente en Chile entre 1970 y 1973: desabastecimiento ficticio y forjado, asesinatos selectivos, operaciones terroristas, bloqueo comercial, movilizaciones violentas, desinformación mediática y hasta la amenaza directa de una intervención militar. Hechos reales que constan en el informe de la Comisión Church al Congreso de EE.UU. y que en el actual contexto faccioso en la patria venezolana tiene cumplimiento pleno; y con una ingenuidad aterradora, prominentes ‘izquierdistas’, con su silencio y sus actitudes, niegan.

La segunda parte está por verse. ¿Estará la mesa servida? ¿Otro Weekend, ahora en Sudamérica, es posible? ¿Lo permitirán los tiempos? Estoy cierto que los pueblos dirán la última palabra.

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