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El Telégrafo
César Hermida

Universidad y vinculación con la sociedad

19 de septiembre de 2015

La vinculación con la sociedad, junto con la docencia y la investigación, constituyen los pilares de la academia. La primera es fundamental porque establece la pertinencia de las universidades como correspondencia entre las necesidades de la sociedad y los perfiles académicos de la formación de los profesionales. Es una pertinencia con pensamiento crítico y científico, interdisciplinario, de acuerdo a las corrientes mundiales, pero en torno a la soberanía e identidad propias de la sociedad ecuatoriana intercultural y plurinacional.

El CES, el Ceaaces y la Senescyt acaban de organizar en Portoviejo, los días 7 y 8 de septiembre, una reunión de todas las universidades, conjuntamente con la Red Universitaria de Vinculación con la Sociedad.

Es la pertinencia la que permitirá cambiar a la universidad en cuanto a su currículo, sus títulos, sus enfoques interdisciplinarios y sus relaciones interculturales. El paradigma dominante del ‘desarrollo’, que ha sido básicamente económico, debe ser reemplazado por los nuevos paradigmas que corresponden al Buen Vivir, a la vida armónica de los seres humanos entre sí y con la naturaleza, sin hegemonías ni dominaciones. La Universidad debe adecuarse a los planteamientos soberanos de satisfacer las necesidades humanas como derechos, con equidad y justicia.

El mundo académico nacional vive hoy una revolución en el campo del análisis y la evaluación de su calidad. El CES, el Ceaaces y la Senescyt, con sus propuestas de procedimientos normativos y evaluativos, con sus exámenes de ingreso y egreso, con sus becas para formación de pregrado y con aquellas para formar docentes en el cuarto nivel, han provocado un remezón que exige cambios profundos.

Las universidades ecuatorianas tienen debilidades como instituciones del conocimiento por estar al servicio de la cultura hegemónica tradicional de la sociedad de consumo, por lo que deben planificar desde la calidad sustentada en la pertinencia, con valores, para responder a las necesidades humanas como derechos.

El Estado ciertamente había estado ausente de la política sobre las Instituciones de Educación Superior hasta 2007. Hoy, más allá de las críticas y autocríticas (que serán motivo de otro artículo), es menester realizar un trabajo mancomunado entre las instituciones centrales y las universidades, pues, a partir de la pertinencia se clarificaría el concepto de excelencia con indicadores apropiados en el sentido de propios, es decir, pertinentes. (O)

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