Es en el Medio Oriente donde nacieron las civilizaciones, las religiones y las iglesias: estas se reclaman del dios de Abraham, hace unos 40 siglos. En tiempos de Abraham existían pequeños reinados más o menos independientes. Eran el rey y su corte quienes controlaban la religión. Abraham, pastor nómada, se rebeló contra esta situación por hacer la experiencia de un dios único, cercano y amigos de los humildes. Abraham pasó a ser una gran tribu independiente donde las relaciones eran más igualitarias. Con Moisés los descendientes de Abraham lograron llegar a Palestina donde se unieron a los campesinos del lugar para organizarse social y religiosamente. Esta experiencia quedó escrita en la primera parte de la Biblia, el Antiguo Testamento. Siendo palestino, Jesús quiso llevar la religión de su pueblo a su plenitud, retomando las intuiciones de Abraham, las opciones de Moisés, las orientaciones de los profetas y de los sabios, y llamó su proyecto el Reino de Dios. De esto nació la Iglesia cristiana para continuar el proyecto de Jesús.
En el siglo 6, el profeta árabe Mahoma, también en el Medio Oriente, inspirándose en la experiencia religiosa de Abraham y de Jesús, fundó la religión musulmana o islam. Su libro sagrado se llama el Corán. Esta religión se extendió por todo el Medio Oriente, gran parte de África y Asia. En Europa es la segunda religión después del catolicismo. En el siglo 11, el cristianismo se separó en 2 ramas: la de Occidente que se llama catolicismo y la del Oriente Medio: el cristianismo ortodoxo. Este último se extendió sobre todo en Europa del Este y en Rusia, organizándose en una comunión de 14 iglesias autónomas; están unidas a la Iglesia ortodoxa más antigua, la de Turquía. Cuenta con unos 300 millones de fieles; la mitad está en la Rusia actual. En el siglo 16 hubo, en Europa, una nueva ruptura en la Iglesia católica: la de los protestantes, cuya mayor autoridad es la Biblia y no el Papa de Roma. De ellos nacieron las iglesias evangélicas. Así, de la iniciativa de Abraham nacieron cinco religiones: la religión judía, la religión cristiana; esta última se dividió en 3 grandes ramas: la católica, la ortodoxa y la protestante.
En cuanto al Concilio ortodoxo, este acaba de reunirse el domingo pasado hasta finales de junio. Lo estuvieron preparando desde 5 décadas y están invitados 500 representantes de todas las iglesias ortodoxas. Es una novedad porque es la primera vez que se reúnen. Sus objetivos principales son “actualizar el testimonio ortodoxo, hacerlo más audible y enmarcar las relaciones con el resto del mundo cristiano”. Pero las tensiones y rivalidades surgidas en los últimos meses hicieron que unas 5 iglesias ortodoxas -sobre 14- decidieran no participar en este concilio, en particular la de Rusia, que cuenta con unos 130 millones de fieles.
Con el papa Francisco hacemos votos para el éxito de esta gran reunión: “Unámonos a nuestros hermanos ortodoxos, invocando al Espíritu Santo para que asista con sus dones a los patriarcas, arzobispos y obispos reunidos en el concilio”. (O)