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El Telégrafo
Rodolfo Bueno

Terrorismo C.A.

29 de marzo de 2016

No se hace referencia al terrorismo romántico, que inspiró a Oscar Wilde a escribir la pieza de teatro Vera o los nihilistas. En esta obra, Vera consagra su vida a la libertad de Rusia, para lo cual debe asesinar al zar Alexis, su gran amor, pero al comprender su equívoco se suicida para salvarle la vida y así salvar a Rusia. Tampoco se va a considerar a los miembros de la ‘Mano Negra’, que en Sarajevo asesinaron a Francisco Fernando, hecho que sirvió de pretexto para que se desencadenara la Primera Guerra Mundial. Ni siquiera se va a hacer referencia al terrorismo de Occidente, que en su ceguera por conquistar el Medio Oriente ha llevado el caos a su propio territorio. Se va a hablar del Estado Islámico (EI), una evolución de los moudjahidines, armados para combatir a la URSS en Afganistán.

El Pentágono, a pocos días del 9/11, planificaba la invasión de siete países del Medio Oriente, Irak y Libia entre ellos, para así reconfigurar el mapa de esa rica región. El objetivo evidente, ¡petróleo! Y desde 1991, EE.UU. ha usado a los grupos integristas islámicos: en Afganistán contra la URSS, en Irak contra Saddam Hussein, en Libia contra Gadafi, en Siria contra Assad, en Chechenia contra Rusia y en Xinjiang contra China. No es que el EI sea un problema que se les fue de las manos, es un tumor maligno generado en el caldo de cultivo de estos grupos.

En Libia, el EI tiene campamentos a cielo abierto, donde sus miembros se especializan en la colocación de explosivos, en la preparación de coches-bomba y demás actividades terroristas. Los alumnos mejor preparados en estas universidades terroríficas van a aplicar los conocimientos adquiridos en cualquier lugar donde los requieran. ¿Se exagera? ¡No! El almirante Guillaud, exdirector de Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Francia, cuando aún ocupaba ese cargo, informó que Libia era el centro gravitacional del terrorismo. Sin hilar muy fino, pues las pruebas abundan, aunque la ‘prensa libre’ no las publicite, se puede concluir que la UE y EE.UU. son los principales promotores del terrorismo. Duro de digerir, pero cierto. Además, no es un pelo de cochino trasladar tanto ‘luchador por la libertad’ desde Libia hasta Siria, a través de Turquía. A estas organizaciones terroristas se las puede encontrar cómodamente instaladas cerca de las principales bases militares de EE.UU. en Turquía.

Solo el diablo conoce cuántos centenares de terroristas, de los 5.000 ciudadanos europeos que marcharon a Siria para unirse al EI, han retornado a sus países natales luego de haber participado en la guerra de Siria. Los gobiernos de estos países les suministraron armas que acabaron en las manos de brigadas yihadistas vinculadas a Al Qaeda, como el EI, que posiblemente esté involucrado en los atentados de Bruselas. Por algo, desde la ONU, el presidente Putin preguntó a los políticos de Occidente: “¿Es que ustedes no se han dado cuenta de la barrabasada que cometieron?”.

Por lo anteriormente dicho, algo no cuadra bien en esto del terrorismo del EI. ¿No será que falta de intercalar una I en medio de C.A.? (O)

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