Así como se enumeran de manera crítica las deficiencias de las acciones del presente gobierno sobre las actividades en el campo de la salud, también pueden enumerarse aciertos que no son solo las políticas de universalidad y gratuidad, y el incremento notable del presupuesto, sino acciones como el semáforo para los productos nutricionales, la infraestructura de centros de salud más complejos (tipo B y C), los hospitales de nivel II y III, y el reconocimiento y capacitación de médicos familiares.
Los críticos, que solo se quejan, dirán que los servicios locales son deficientes en medicamentos o que el presupuesto debe ser mayor aún (pues aún no llega al 4% del presupuesto general como indica la Constitución), o que faltan especialistas en los servicios, etc., siempre resistiéndose a reconocer la mejoría de muchos indicadores.
Muchos colegas han participado para precautelar las implicaciones legales del ejercicio profesional y sus riesgos, en el marco de los juicios de mala práctica y las leyes correspondientes, y muchos otros temas se debatirán con motivo del Nuevo Código Integral de Salud que debe discutir la Asamblea.
Otras discusiones, como la contratación de médicos cubanos, que van a poblaciones a donde no quieren ir los nacionales, parecen superadas, pues los colegas cubanos escogen las plazas más lejanas y difíciles y alejadas, a diferencia de los nuestros.
Cierto es que hay limitaciones y graves, como el tema crucial de la salud sexual y reproductiva con la suspensión de embarazos en casos de violación o de malformaciones no viables, pero otras críticas, como que los fondos de inversión para infraestructura o los de operación para medicamentos van a empresas privadas, resultan injustas, pues en las sociedades capitalistas esas son las reglas del juego. Si no se asignan fondos se critica, y si se asignan también; pero no se explica que antes muchos de esos fondos eran gastos que salían del bolsillo de la gente de escasos recursos.
Tampoco es justo que colegas que antes trabajaban en instituciones públicas, incluso en el propio MSP, y que lo hacían honradamente abonando al optimismo de que mejoraban las acciones del sector salud, luego, al salir, pasan a la oposición y juzgan entonces que las mismas acciones son ahora deficientes y constituyen estrategias de propaganda para capturar votos, etc.
Los colegas debemos llamar a la cordialidad y a la reflexión para que los diálogos, las socializaciones y los debates sobre las leyes y temas específicos se tornen productivos. (O)