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El Telégrafo
Lucrecia Maldonado

Realidades virtuales

16 de diciembre de 2015

El 13 de noviembre falleció la editorialista de este periódico, Nancy Bravo de Ramsey. No tuve el gusto de conocerla, salvo tal vez en alguna reunión de columnistas, pero supe que era una mujer destacada en el campo de los estudios sociales y la escritura de artículos de opinión. Salvo este medio, EL TELÉGRAFO, en donde publicaba sus artículos, ningún otro se hizo eco de su deceso… hasta hoy, domingo 13 de diciembre, cuando una de sus colegas o compañeras universitarias la recuerda en una columna de otro periódico nacional… un mes después. O sea, castigada en la muerte por no pertenecer a la prensa comercial.

Miro los titulares de un noticiero local: ‘Nueva era argentina’ dice el uno, que transmite la posesión de Mauricio Macri. Inmediatamente después, viene el siguiente: ‘Criminalización de la protesta social’. Los titulares de los periódicos de uno y otro lado, de una y otra tendencia, no varían demasiado, al menos de actitud.

La información se sesga y ya no interesa tanto que la gente sepa con precisión qué pasó, cómo, cuándo, dónde y a quién o por quién. No. Lo que la prensa busca (posiblemente lo ha buscado siempre) es dirigir la mirada de los espectadores hacia determinado punto y a partir de allí incidir en la opinión de las personas que se ‘enteran’ (hasta cierto punto) de las cosas que ocurren en el planeta. Otro ejemplo es el tratamiento que se da al tema de la desaparición de personas en nuestro medio.

Se pretende insinuar, de alguna manera, que el actual Gobierno tiene ‘algo que ver’ en estas desapariciones, intentando equipararlas a las desapariciones masivas por tema político ocurridas en varios países de nuestro continente y otros. En realidad resulta forzadísimo porque no hay manera de hacerlo sin caer en el escándalo, pero no les importa.

¿Cuán cierto es todo lo que se nos vende, regala o impone en los noticieros televisivos, en los informativos radiales o en las portadas de los periódicos? ¿Quién selecciona aquello que debe ir en las primeras páginas y lo que debe mencionarse en escuetas gacetillas en páginas interiores o para llenar un espacio entre las noticias deportivas o culturales (que cada vez ocupan páginas más y más posteriores en los periódicos y que con frecuencia se confunden con aquello que se llama ‘farándula’)?

¿Qué ha ocurrido realmente en Venezuela y en Argentina? ¿Qué sigue ocurriendo en Siria, en Irak, en Grecia, en España? ¿Quiénes son en realidad aquellos personajes que la prensa presenta como ‘buenos’ o como ‘malos’? ¿Quiénes realmente se preocupan por su pueblo y quiénes están ahí para defender protervos intereses? ¿No convendría, al menos con cierta prensa que se autodefine ‘independiente’, interpretarla desde el lado contrario, parafraseando a un viejo profesor: ‘contrario a lo que afirma y acertará’? (O)

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