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El Telégrafo
Luis Rosero

Poder político versus poder mediático

05 de mayo de 2014 - 00:00

La serie ‘House of Cards’ retrata el juego del poder norteamericano con las actividades de los políticos, congresistas, empresas, ONG, medios de comunicación, autoridades, etc., quienes utilizan los hilos del poder para favorecer sus intereses. Según la serie, los políticos lo usan para ejercer su influencia, sacar provecho y obtener recursos; las empresas emplean lobbying (influenciar en autoridades) y mecanismos para conseguir negocios; las ONG obtienen donaciones para ejecutar, nacional e internacionalmente, proyectos que están ligados a intereses empresariales (transnacionales); los medios de comunicación para influenciar en la opinión pública y utilizar las noticias, bajo orientación de sus dueños, a fin de aumentar su circulación o audiencia; las autoridades y funcionarios públicos se mueven entre todos estos actores también en función de ciertos intereses. En síntesis, se muestra el uso del poder y cómo los políticos ambiciosos, sin escrúpulos, son capaces de todo por obtener y mantener el poder.

La serie refleja que entre los poderes económico, político, financiero, mediático, etc., existen acuerdos para conseguir sus objetivos e intereses, pero también hay conflictos en los que se utilizan mecanismos y alianzas entre algunos de estos poderes para ganar o transar. Pero casi siempre, detrás de las decisiones económicas, mediáticas y políticas están dichos poderes. Si bien las condiciones o los países pueden variar, las estrategias del manejo del poder son universales.

¿Que relación tiene esto con el país? Pues, en la coyuntura actual, los medios de comunicación, han subrayado los errores gubernamentales con una fuerte campaña mediática, incidiendo en la opinión pública. Esto en un contexto en que algunos representantes de los medios de comunicación han sido judicializados y sancionados, vigencia de la Ley de Comunicación y la Superintendencia que los controla.

Así, el primer error, en educación, fue señalar, en primera instancia, que la enseñanza del idioma inglés sería para alumnos de doce años, que después fue rectificada a seis años. Se levantó polvareda mediática resaltando el error, sobre todo en una época de reforma educativa y cambio de la matriz productiva.

El segundo error gubernamental fue declarar la afiliación obligatoria al IESS de los trabajadores sin relación de dependencia, posteriormente rectificado, lo cual también fue difundido por los medios de comunicación informando que se obligaba a aportar al seguro social a estos, cuando debió ser siempre voluntaria.

El tratamiento de temas como el caso del asambleísta condenado, la verificación de firmas para la consulta sobre la explotación del Yasuní, la propuesta de sanción a la mala práctica médica, el proyecto de Ley de Ordenamiento Territorial, etc., han dado la pauta para una exposición mediática. En esta lucha de poderes, como en el ajedrez, los errores en los movimientos se pagan hasta alcanzar jaque mate. En la teoría de los juegos, gana el que tiene la mejor estrategia, y parece que los estrategas faltan de un lado. La serie, basada en un libro, se parece mucho a la realidad, develando el titireteo del poder real para favorecer sus reales intereses.

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