Ecuador, 14 de Junio de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo
Víctor Mendoza Andrade

Para no quebrar (1)

05 de mayo de 2015

Los territorios de la franja tropical del planeta donde se localiza nuestro país constituyen las reservas terrestres más importantes de recursos naturales renovables (RNR) y fuente de abastecimiento de bienes primarios de los países industrializados.

La transformación de los RNR, en productos agropecuarios para ser utilizados como materia prima en las industrias, han necesitado de procedimientos tecnológicos, definidos como el conjunto de conocimientos, científicamente ordenados, que permiten diseñar y crear bienes y servicios que facilitan la adaptación al medio ambiente y satisfacer tanto las necesidades esenciales como los deseos de la humanidad.

Entre los objetivos de la tecnificación está el incremento de la producción, mejorando la eficiencia y modernizando los procedimientos. Constituyendo su aplicación una propuesta seductora. Sin embargo, al implementarla es importante reflexionar sobre su coste y sostenibilidad.

En la década del 60, la agricultura (actividad principal consumidora de RNR) en Francia recibió un notable impulso del gobierno de De Gaulle, y al ser consultado su Ministro de Agricultura (al cual se le reconoce el establecimiento de las bases del éxito agrícola francés) -hasta qué punto se debería tecnificar la actividad- este contestó: hasta quebrar. Advirtiendo con esta respuesta el peligro de excederse en las inversiones financieras más allá de las condiciones favorables ofrecidas por el medio donde la tecnificación se aplique. (La producción agrícola francesa es la primera de Europa, combina el esfuerzo de pequeños y grandes productores con un valor al precio de base de 70.400 millones de euros en 2011.)

La solución tecnológica para incrementar la producción agrícola con fines especulativos de obtener: mayor producción al menor costo financiero tiene origen en la Revolución Industrial, acaecida entre la segunda mitad del siglo XVIII y principios del XIX, en Gran Bretaña y Europa continental.

Esta significó el mayor conjunto de transformaciones socioeconómicas, culturales y técnicas de la historia de la humanidad, beneficiando a la agricultura con inventos mecánicos, químicos y biológicos que favorecieron el uso intensivo del suelo, disminuyendo la mano de obra y aumentando la productividad agrícola, pero el abuso de insumos químicos y combustibles fósiles causaron la degradación de los recursos naturales y la contaminación ambiental. Con las facilidades alcanzadas en la comunicación y transporte de grandes volúmenes de insumos y productos a bajos costes intervinieron las transnacionales en los mercados de los productos agrícolas que se importaban desde los países del Tercer Mundo enriqueciendo a los países industrializados sin mejorar el desarrollo de los países dependientes.

Como resultado de la explotación abusiva, se advirtió con preocupación la degradación de los RNR y la necesidad creciente de alimentos frente al crecimiento explosivo de la población mundial surgiendo el fantasma del hambre. La FAO (1963) realiza el Congreso Mundial de la Alimentación y a raíz del mismo se decide impulsar un plan de desarrollo agrario a nivel mundial. (O)

Contenido externo patrocinado