Ecuador, 29 de Abril de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo
Jaime Galarza Zavala

Otra vez Judas

29 de octubre de 2015 - 00:00

Cuenta la leyenda que mientras Jesús rezaba sus oraciones postreras, seguro de la perversa cruz que le esperaba, uno de sus discípulos, Judas Iscariote, se le acercó y besó en la mejilla. Era la contraseña para que los centuriones supieran con precisión que este era el hombre que los poderosos, romanos y judíos, enviaron a capturar. En pago, el pseudoapóstol, el traidor, recibió una bolsa con 30 monedas, que era el pago por su infamia. Desde aquel suceso el papel de Judas se ha repetido siempre con consecuencias de sangre y lágrimas. En Ecuador contamos con muchos episodios de felonía y compraventa de conciencias. Así tenemos lo ocurrido en 1997 con el derrocamiento del presidente Abdalá Bucaram, en aras de su reemplazo: Fabián Alarcón.

Contra toda predicción, en las elecciones de 1996, segunda vuelta, Bucaram triunfó sobre su rival Jaime Nebot Saadi, ‘otra obra de León’, como acostumbraban pintar los socialcristianos cualquier parche que Febres-Cordero inauguraba en las carreteras. Entonces, al orgulloso gobernador del Guayas, Abdalá “le dejó tachuela”, según el argot ‘morlaco’. Pero León, su cachorro perdedor y la oligarquía porteña, apenas triunfante el candidato de la despreciada ‘chusma’, le declaró la guerra. Esta se llevó adelante en medios, cuarteles y templos; en todos los espacios desde donde se podía influir en la masa para llegar a un temprano golpe de Estado. Desde antes de su posesión en el mando de Carondelet, la campaña fue despiadada y concertada.

Todos los días abundaban las historias devaluadoras de la imagen presidencial. Los caricaturistas y humoristas hicieron su agosto. Su mote de ‘loco’ se volvió nombre y apellido; la banda presidencial, un trapo sucio cualquiera. Los errores del Gobierno, la corrupción real, supuesta o inventada, todo fue gasolina diaria echada a la candela, bajo la mirada de Leslie Alexander, el embajador yanqui, director de la orquesta golpista. Claro, para esto, los complotados necesitaban la mayoría en el Congreso Nacional, para destituir al mandatario.

Sabiéndolo y dudando de la firmeza de los parlamentarios favorables, diputados del PRE, el partido de Gobierno, propusieron y lograron un paso muy original: que estos diputados registraran su firme adhesión al mandatario amenazado, ante notario público. En efecto, el 30 de enero de 1997, 35 de ellos, entre roldosistas e independientes, concurrieron en Quito ante el notario Vigésimo Quinto, Raúl Gaybor Secaira, y firmaron juramento de amor eterno a Bucaram, en declaración que en punto primero consigna categóricamente: “Somos treinta y cinco diputados que estamos listos a defender al régimen constitucional y democrático del señor Presidente de la República, abogado Abdalá Bucaram Ortiz, por lo que la oposición jamás logrará conformar una mayoría parlamentaria”. En el punto tercero de la famosa declaración, pedían “al señor Presidente que no ceda a la consabida presión corrupta de negociaciones políticas, ni se deje chantajear ...”.

Una semana después, muchos de los firmantes de esta declaración pisoteaban su firma y nombre, y se embarcaban en el golpe de Estado fraguado por la embajada norteamericana y dirigida por Febres-Cordero y Jaime Nebot Saadi. Entre quienes así procedieron se destacó Eduardo Véliz, diputado por Galápagos, que hoy es agresivo opositor del presidente Rafael Correa.

Con razón se oye al fondo las carcajadas de Judas, haciendo tintinear las 30 monedas. (O)

Contenido externo patrocinado

Ecuador TV

En vivo

Pública FM

Noticias relacionadas

Social media