Ecuador, 08 de Mayo de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo
Roberto Follari (*)

Medios periodísticos hegemonistas y monopólicos

13 de noviembre de 2015 - 00:00

La presentación del académico español Fernando Casado en Ciespal ha sido elocuente sobre lo que muchos saben, pero pocos pueden decir: los medios periodísticos están enormemente concentrados en su propiedad, singularmente en Latinoamérica. Desde el manejo monopólico del papel (como sucedió con la empresa Papel Prensa en Argentina, comprada por Clarín y La Nación durante la dictadura), a las influencias directas ejercidas sobre el poder político, que en algunos países han alcanzado ribetes semipúblicos, y francamente escandalosos. También la abierta manipulación de la información, que puede permitir destacar lo que es menor, disimular lo importante, tergiversar los hechos, o incluso mentir lisa y llanamente, como algunos titulares argentinos han mostrado sobradamente en los últimos tiempos.

La concentración mediática vuelve impotente cualquier voz alternativa. ¿Qué puede hacerse contra Televisa o TV Azteca en México, qué contra la red Globo en Brasil, qué contra el grupo Clarín en Argentina? El hecho de que haya quienes manejan casi toda la TV de gran difusión, y aun quienes la manejan junto con medios múltiples de prensa gráfica, hace irrisoria la supuesta libertad de prensa. Ellos hablan 10 veces, cuando los medios estatales y comunitarios llegan apenas a 1. Sin embargo, los grandes grupos privados a la vez luchan contra los medios estatales, pretendiendo doblegarlos también a su propia posición: a la concentración mediática le repugna el pluralismo, al cual reivindica solo retóricamente.

Un párrafo aparte para la escasa libertad que, casi siempre, cuentan los periodistas en estos espacios. Si llegan a caer mal a la dirección, no solo pierden el trabajo, sino que se les cierran las puertas en múltiples otros sitios posibles de empleo. De tal manera, pasan a ser subrepticios súbditos de sus empleadores, y no pueden escribir nada que sea ajeno a la versión dominante en ese medio o -dicho mejor- ese conglomerado de medios.

No falta la ingenuidad de aquel periodista que cree tener plena libertad, afirmando que “a mí nadie me dice lo que tengo que escribir”. Y, por supuesto, nadie se lo tiene que decir, porque cualquier periodista se da cuenta solo. Como el sociólogo Bourdieu demostró, en la acción social el “sentido práctico” se impone. Por ej., si llego a una casa desconocida y veo cruces colgando de las paredes, seguro que no diré nada contra la religión. Y, para acomodarme a ello, no necesito que nadie me lo diga.

De tal modo, no todo es oro lo que reluce bajo la pretendida defensa de la libertad de prensa que se hace desde los grandes medios en nuestro continente, expresados tradicionalmente en la Sociedad Interamericana de Prensa. Por cierto que allí se representa a los propietarios de medios y no a los periodistas. Y estos, a menudo, viven situaciones complicadas, pues son sumamente vulnerables frente al poder concentrado que disponen los grandes propietarios. (O)

Contenido externo patrocinado

Ecuador TV

En vivo

Pública FM

Noticias relacionadas

Social media