Un año que termina y el siguiente que viene, y con él, nuevos retos para la patria y su revolución. Complejas expectativas que el conglomerado social está consciente que junto al presidente podrá y sabrá sortear con éxito tanto en la problemática interna como en la del exterior, en este 2015, cuyas dificultades, específicamente el sector externo de la economía, es una de las tareas a implementar. Ya conocidos y comentados por Rafael Correa en su génesis y tratamiento, los conflictos en una economía globalizada son y seguirán siendo enfrentados con sapiencia y coraje por el régimen, entre otras, la baja de los precios del petróleo con una gestión no exenta de tenciones y peligros
Empero no podemos soslayar el hecho ideológico capaz de generar ‘simbologías colectivas’, y en referencia a las acciones opositoras de quienes en sus frustraciones y ambiciones de dominio junto a su apetencia de dinero fácil conspiran desde siempre contra la revolución ciudadana, me refiero a la embestida de la derecha política, hija sacrílega de la derecha económica, que en un pacto contra natura está ligada con extremistas de izquierda, nihilistas disfrazados de ambientalistas, que en concubinato monstruoso solventa acciones demonizantes para desprestigiar el proceso de cambios y la construcción del socialismo del buen vivir en nuestra república y para su gente.
Entonces, modestamente, considero necesaria la actitud militante en la búsqueda de una acción popular más allá de escuchar o asistir a los enlaces presidenciales para encarar esta acometida vil. Y es que, aunque nunca ha sido más fecunda la democratización del poder en el Ecuador, como ha sucedido en el Gobierno del presidente Correa, no solo por terciar los pueblos y nacionalidades en las actividades del Estado -antes invisibilizados por siglos-, también por el acceso de las mayorías a la información, aunque jamás se había dado la concentración del poderío mediático-financiero, en el pasado reciente coludidos con ciertas celotipias con la extrema izquierda, que hoy se ubican en posturas ofensivas coincidentes de forma casi esquizoide para debilitar la praxis política.
Es evidente, por tanto que la responsabilidad para vencer a la ofensiva facciosa deberá asumirla con toda la fuerza Alianza PAIS, no solo por ser el movimiento de mayores adhesiones en todos los procesos electorales de la década, sino porque puede y debe ser la base operativa de corrientes sociales, partidos aliados, en función del progreso de la nación y su paso hacia el desarrollo. Obvio es que la racionalidad recuperada por la casi totalidad de nuestro pueblo permite que el primer mandatario, Rafael Correa, goce de altas cifras de popularidad y aprobación de su gestión después de más de siete años de mandato, guarismos de evaluación positiva de un gobernante difíciles de encontrar para cualquiera de sus pares en otros países del continente y el orbe.
Y por tanto, siendo una clara verdad que un extenso movimiento nacional y popular se reconoce en un personaje excepcional, Rafael Correa, quiere su reelección. Los fantasmas del pasado que aún flotan en la prensa, en cámaras de la producción, con los tira-piedras, tienen su presupuesto de odio para con las masas, quienes cada año los hacen más ricos, por el poder adquisitivo que ahora tienen. Y a pesar de ello, sueñan con el retorno al pasado de oprobio de la tercerización, el feriado bancario, la corrupción, la discriminación, la falta de justicia, educación, salud e infraestructura vial.
La unidad de las fuerzas progresistas, estoy cierto, los vencerá, solo falta poner manos a la obra.