La sociedad ecuatoriana tiene el reto de atender a los adultos mayores (comenzando por proveerlos de una pensión universal) y de tomar medidas inmediatas para resolver el problema de los jubilados, particularmente de los profesores universitarios. Cierto es que algunos se mantenían más allá de sus propias capacidades y no había manera de que optaran por su retiro (porque antes la diferencia entre el salario y la pensión era muy grande).
Pero disponer su retiro, inmediato, automático, a los 70 años, constituyó una medida homogénea, y como tal, imprudente e injustificada. Lo lógico habría sido diferenciar entre los que ya no cumplían a cabalidad, los que voluntariamente querían hacerlo y aquellos con responsabilidades de proyectos y otras direcciones, quienes podían retirarse luego de un prudente período de transición.
El número de profesores universitarios que debían jubilarse se incrementó por razones económicas de ciertos fondos de pensiones especiales que se perderían si no se jubilaban hasta 2014. Centenares de profesores lo hicieron, provocando vacantes difíciles de llenar de inmediato (por los lentos trámites burocráticos de las propias universidades para fijar partidas, establecer concursos, contratar o nombrar). Por ventaja, se modificó la disposición de no contratarlos de inmediato, y ahora se puede invitar a docentes jubilados necesarios, a reintegrarse en seguida.
Por esta razón, la Universidad Central del Ecuador ha invitado a sus jubilados a inscribirse con un doble propósito: para ser contratados a fin de cumplir las mismas o similares actividades docentes, o para integrarse a la docencia en los programas de educación continua de las facultades, incluyendo el innovador programa ‘Universidad del Adulto Mayor’, en el cual pueden participar como alumnos o docentes, en los diversos módulos, como el de Calidad de Vida y Gerontología, Cultura (Interculturalidad) Nacional o Computación. Con un par de horas diarias, en dos o tres días a la semana, pueden volver a abordar las diversas problemáticas, y completar 40 horas de un crédito en cada módulo, a fin de recibir el certificado universitario de la competencia respectiva.
Los profesores jubilados, que seguramente comenzaron a sufrir la falta de adaptación al retiro, con dificultades sicológicas y económicas que la sociedad no está en condiciones de tratarlas con alternativas saludables, tienen ahora la oportunidad de mantener sus capacidades y continuar aportando en las ciencias y en las artes.
La U. Central del Ecuador invita a sus jubilados a inscribirse para contratarlos, a fin de cumplir las mismas o similares actividades docentes o para integrarse a los programas de educación continua.