Ecuador, 17 de Mayo de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo
Víctor Mendoza Andrade

Las inundaciones y el gran elector

25 de agosto de 2015

En la provincia de Buenos Aires (Argentina). Los afectados por las inundaciones de mediados de este mes fueron 12.000 y en pocos días 30.000, los cuales, terminado el evento, han comenzado a regresar a sus casas para enfrentar las consecuencias que les dejó el desastre.

Esta región, caracterizada por su relieve plano y depresional, con presencia de humedales y numerosas lagunas, es una de las regiones agrícolas más ricas de Argentina, representando económicamente lo que es para nuestro país la Cuenca del Guayas, la cual con frecuencia es amagada por calamidades similares.

La causa del problema es la excesiva pluviosidad, suceso meteorológico cuyo volumen en esta ocasión ha sido cinco veces mayor al promedio normal.

“Nuestro adversario es el cambio climático”, declara -tratando de despersonalizar el problema- el actual gobernador de la provincia y candidato favorito para las próximas elecciones presidenciales, al cual se le cuestiona su ausencia durante el desastre, provocando intensas críticas y facilitando argumentos a sus adversarios por la omisión de programas con medidas preventivas a los desbordamientos de los ríos en esta zona vulnerable, en la cual los analistas políticos no dudan que el candidato que capitalice credibilidad para establecer programas para lograr seguridad contra las inundaciones estaría en ventaja con respecto a los demás candidatos, adquiriendo el programa el carácter de gran elector del evento.  

En esta zona es posible establecer las temporadas en las cuales son frecuentes estos eventos, pero imposible calcular con certeza su intensidad, lo cual exige de sus autoridades la responsabilidad de mantener planes de previsión de estos sucesos cada vez más imprevisibles por el cambio climático.

Actualmente se informa que las inundaciones son las catástrofes naturales que ocasionan el mayor número de víctimas. Se calcula que, en el siglo XX, unos 3,2 millones de personas han muerto por este motivo, significando más de la mitad de los fallecidos por desastres naturales en el mundo en ese período, constituyendo un grave problema, tanto en países desarrollados como en los subdesarrollados.  

En Europa, en 2006, las inundaciones ocasionaron la muerte de 12 personas y afectaron a más de 50.000. Los daños se estimaron en $ 300 millones. En el litoral ecuatoriano, en las inundaciones de 2008 se registraron 34 víctimas mortales y se evacuaron 12 mil personas. En las zonas agrícolas se afectaron alrededor de 75 mil hectáreas productivas, de las cuales se perdió la producción de 55 mil hectáreas con $ 63 millones en pérdidas agrícolas y pecuarias. Estas son las pérdidas que podríamos llamar específicas, sin añadir las secuelas que por largo tiempo deja el desastre después de ser noticia, ensañándose en el sector social económicamente más vulnerable.

Estudios realizados indican que la reconstrucción después de las inundaciones es probable que sea más costosa que las medidas preventivas. Y estas pérdidas no incluyen vidas y otras consecuencias irreversibles. (O)

Contenido externo patrocinado