…Y no solo la venezolana, que con su mayoría parlamentaria ha resuelto hacer público su propósito: desplazar por la fuerza al presidente Maduro, electo democráticamente. En la ‘Hoja de ruta’ 2016, consta desembozadamente el programa de la MUD: provocar la salida del mandatario convocando a revueltas callejeras -las ‘guarimbas’- que ocasionaron decenas de muertos, y a referendos, que introduzcan cambios constitucionales que permitan su propósito. Ello con el apoyo de líderes de la derecha mundial y de la OEA, que pretende retomar su antiguo papel y la bendición del gobierno norteamericano, que en forma coincidente vuelve a declarar a Venezuela como amenaza para EE.UU. Así piensan retornar a un antiguo escenario: los dos partidos tradicionales, igualmente corruptos, que se turnaban en el poder para repartirse la riqueza petrolera, mientras el pueblo venezolano vivía y moría en la miseria.
En Brasil, un poder judicial altamente politizado, es el brazo ejecutor de la decisión de la oligarquía criolla, de acabar con el gobierno de la presidenta Dilma Rousseff y lanzarse sobre el líder del PT, Lula. En un alarde soberbio, allanaron su casa y lo condujeron a la fuerza a una diligencia judicial, para la cual era suficiente pedir al exmandatario su comparecencia. No se trata de un error de la Fiscalía: se quiso humillar al dirigente obrero que osó –con éxito- derrotar a la poderosa burguesía, que hundió en el pasado la economía brasileña y con ella los anhelos de millones de pobres.
La ‘hoja de ruta’ de la reacción nativa e internacional está trazada y ante los resultados de elecciones recientes, cree que llegó la hora de acelerar procesos, destituyendo a gobiernos legítimos. El triunfo estrecho de Macri ha demostrado -con despidos masivos, devaluación de la moneda, aumento de los precios de bienes y servicios- que el objetivo es eliminar en forma violenta los logros alcanzados en los gobiernos progresistas anteriores. Ello en un marco de represión hacia el adversario que recuerda el carácter revanchista que se devela cuando la reacción retoma el poder. Las represalias del fascismo español costaron miles de vidas, exclusiones, exilios. Igual ocurrió al imponerse la dictadura de Pinochet -de similar signo ideológico-; los chilenos, incluso muchos de los que se oponían a Allende por no ser suficiente ‘rojo’, pagaron con sus vidas su ceguera histórica.
Los medios de comunicación constituyen el instrumento de la derecha para manejar la opinión pública. En su mayoría y en forma monopólica, pertenecen a empresarios poderosos, que al ver vulnerados sus intereses con las medidas adoptadas por los gobiernos progresistas, se han proclamado -de hecho- como caudillos de la oposición. Hay una acción concertada, incluyendo al Ecuador, de relievar problemas y manejar, con medias verdades y a veces con mentiras totales, la conciencia ciudadana, sembrando el temor, la desconfianza, el miedo.
Se requiere una acción conjunta de todos los demócratas para frenar la brutal arremetida contra los gobiernos progresistas. (O)