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El Telégrafo
Jorge Núñez Sánchez - Historiador y Escritor

La Provincia de Bolívar

21 de mayo de 2015

Como la política se hace desde la capital, pareciera que las provincias son solo el amplio campo que rodea a aquella. Pero lo cierto es que las provincias existen, tienen personalidad propia y son el sustento profundo de la vida republicana. Sin ellas, el Ecuador sería un desierto verde, pero gracias a ellas es un espacio de vigorosas identidades regionales, asentadas en una rica diversidad geográfica y humana.

Cada provincia ecuatoriana tiene su particular fisonomía, incluso aquellas ubicadas en un espacio geográfico compartido, como la cuenca del río Guayas o la llanura amazónica. Y cada una tiene su historia particular, que es parte sustantiva de esa identidad. Casi siempre es una historia de luchas por la autonomía provincial, entrevista como medio para alcanzar la promoción local y un eficaz autogobierno.

Uno de esos casos es el de mi querida Provincia de Bolívar, que es la más pequeña del Ecuador. También es la provincia más pobre y con indicadores económicos más bajos, pese a tener 131 años de existencia, pues fue creada por decreto de la Convención Nacional de 1883-1884, sancionado por el Poder Ejecutivo el 23 de abril de 1884, e inaugurada el 15 de mayo siguiente.

Esta provincia se inició con los cantones de Guaranda, Chimbo y San Miguel, ubicados en la pequeña hoya del río Chimbo y sus afluentes, pero más tarde se le sumaron los cantones de Chillanes, ubicado en el altiplano suroeste, y de Caluma, Echeandía y Las Naves, situados en el intertrópico.

Una de las razones de su atraso ha radicado en su espectacular pero difícil geografía, que volvía complejo el tránsito de personas y mercancías. A esto se sumaba el tradicional descuido de los gobiernos por la vialidad provincial, pese a que, hasta los años sesenta, por aquí pasaba la única vía carrozable entre la Costa y la Sierra norte. Cuando finalmente se hicieron vías modernas entre Quito y Guayaquil, ninguna de ellas pasó por Bolívar, que así quedó al margen de los flujos humanos y comerciales del país.

Tengo para mí que también ha contribuido al olvido oficial la pequeñez de la población bolivarense, que hoy bordea los 200 mil habitantes. De ser una provincia muy poblada, su votación hubiera sido importante en los resultados electorales y la región habría tenido más legisladores y merecido mejor atención.

A su vez, su reducida población y su atraso son consecuencia, en buena medida, de las intensas migraciones bolivarenses, especialmente hacia la Costa, producidas a partir de los años sesenta. La pobreza y aislamiento regionales, la proximidad del puerto y los atractivos económicos de otras regiones impulsaron esas grandes migraciones hacia Guayaquil y Quito, que nos aventaron fuera de nuestra tierra natal.

Hoy la situación ha empezado a cambiar. El Gobierno Nacional ha reconstruido las antiguas carreteras y dotado a esta provincia de excelentes vías para comunicarse con Quito y Guayaquil. Pero si no hay un plan integral de desarrollo provincial, que impulse el desarrollo local y cree nuevas fuentes de trabajo, me temo que esas vías pueden servir para que los bolivarenses de hoy migren más rápido que los de antes. (O)

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