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El Telégrafo
César Hermida

La profesión médica

11 de julio de 2015 - 00:00

La presencia de médicos en el escenario político nacional y las opiniones en las redes sociales, llaman a ciertas reflexiones. La médica es una profesión admirable, de aplicación universal, de progreso diario, con especialidades, a la cual se recurre para solucionar las dolencias, en cuyo caso se busca al mejor especialista. Pero la medicina tiene sus limitaciones, no sabe todo, hay enfermedades de las que nada conoce, y con las que conoce a veces se equivoca.

La medicina siempre fue profesión noble, de servicio, y científicamente se originó con el conocimiento del cuerpo y su función, que es lo que maneja, a partir del siglo XVI. Su origen se dio con la anatomía de Vesalio y con la fisiología de Harvey, paralelo al origen del capitalismo con el descubrimiento de América y la circulación y acumulación del oro. Esas son sus raíces, por eso progresó mucho con la Revolución Industrial, a cuya tecnología se sumó, a partir del siglo XIX.

El paradigma médico, es decir su modelo científico, es el método clínico, es decir, a pesar de todos los progresos tecnológicos, aún se sustenta en la historia que parte del interrogatorio, el examen físico, la hipótesis diagnóstica, los exámenes complementarios de laboratorio, de rayos X y muchos otros, para comprobarla, y del tratamiento basado fundamentalmente en medicamentos.

Al capitalismo, la medicina, basada en evidencias, le resultó funcional, básicamente porque todos sus insumos, equipos de diagnóstico, tratamiento y rehabilitación, y sobre todo medicamentos y requerimientos hospitalarios, transformados todos ellos en mercancías, le sirvieron para la acumulación de dinero. Incluso muchos colegas, aquí y en todas partes, al hacerse ricos, entraron en el mundo de las acciones empresariales y las inversiones. La medicina, para ciertos médicos privados y empresarios de diverso tipo, ha sido una fuente inagotable de riqueza material.

El paradigma clínico, universal y homogéneo, esencia de la profesión y la enseñanza médica, sirve para curar la enfermedad individual. No es posible ni conveniente modificarlo. Su vocación científica y de servicio nadie la discute. Subsumida en el capitalismo, la medicina cumple su rol. Los estudiantes la buscan por su seguridad económica, sea en la institucionalidad pública, de salario fijo, o en la privada de libre mercado, a la cual solo el Estado puede controlarla. Juega su rol en el sistema de ‘salud’, pero este tiene otros actores y paradigmas que la clínica difícilmente entiende y acepta. Continuará. (O)

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