Esta semana pudimos festejar el trabajo de la justicia internacional en uno de los casos más grandes conocidos de abuso sexual a menores en el mundo. Larry Nassar, médico del equipo de gimnasia olímpica de Estados Unidos, con registro de abusos sexuales desde 1998 (hace 20 años), fue condenado a mínimo 40, máximo 175, años de prisión, más 60 años que acumulaba por delitos relacionados con pornografía infantil. Abusó de más de 160 menores.
En los próximos días, Ecuador acudirá a las urnas y una de las preguntas de la consulta popular está relacionada con este tema. La pregunta 4 plantea la necesidad de cambiar la Constitución para que los delitos sexuales a menores de edad nunca prescriban.
Actualmente, si no se inicia el proceso penal dentro de 22 años (pena máxima prevista en casos de abuso sexual) después de cometido el delito, la víctima no puede tomar acciones legales. Si gana el Sí, la persona que fue abusada sexualmente antes de los 18 años de edad puede presentar la denuncia e iniciar un proceso penal en cualquier momento de su vida. Seguramente, cuando esté lista para hacerlo.
¿Las razones de por qué el niño o adolescente no denuncia enseguida? Una, están amenazados para guardar el “secreto”. Dos, sienten vergüenza o culpa. Tres, en muchos casos el abusador es un familiar y no quieren causar un conflicto. Cuatro, piensan que no les van a creer. Cinco, están acostumbrados al maltrato y abuso (de cualquier tipo). Entre otras.
Así, pueden pasar decenas de años (como en el caso de las gimnastas de EE.UU.) hasta que las víctimas de abuso sexual estén listas para denunciar y enfrentar todo el proceso penal. Si gana el Sí en la pregunta 4, será un gran avance judicial en nuestro país, sin duda; pero queda trabajo por hacer: garantizar procesos legales limpios y endurecer las penas, por ejemplo.
Por otro lado, soy convencida de que el mayor trabajo contra el abuso sexual (a menores y mayores de edad) está a nivel social y, evidentemente, tenemos mucho por hacer. (O)
