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El Telégrafo
Rodolfo Bueno

La CIA en su sopa

22 de diciembre de 2014

El presidente Obama en su primer discurso ante el Congreso expresó: “Estoy aquí esta noche y digo sin excepción o equivocación que en EE.UU. no hay torturas”. Resulta que ahora la CIA ha sido acusada de cometer mil y un delitos -nada nuevo bajo el sol, puesto que la tortura es parte de la estrategia de contrainsurgencia de ese país- y se habla de un informe de casi siete mil páginas donde se narran los métodos utilizados para obtener información fidedigna.

Según el director de la CIA, John Brennan: “La inteligencia obtenida en el programa fue crucial para nuestro entendimiento de Al Qaeda y sigue aportando información para nuestros esfuerzos contra el terrorismo al día de hoy”. ¡Bravo! Mejor imposible. No le van a exigir al pobre que interrogue y ejecute terroristas a carterazo limpio. Tal vez pertenece a la escuela de Dan Mitrione, agente de la CIA secuestrado y ejecutado por los tupamaros, que enseñaba a aplicar: “El dolor preciso, en el lugar preciso, en la cantidad precisa, para conseguir el efecto deseado”. Método falso de pies a cabeza, para muestra basta un botón.

La Comisión para el 9/11 basó su informe acerca de lo acontecido aquel día en la confesión arrancada a Abu Zubeida, detenido en la base de Guantánamo y el más importante informador sobre Al Qaeda. Luego de ser dura y atrozmente torturado, reveló los nombres de otros responsables de la organización que, a su vez, proporcionaron el conocimiento que le permitió a la seguridad estadounidense saber lo que sabe de Al Qaeda.

No era para menos, Abu Zubeida era “uno de los planificadores de operaciones de Al Qaeda y sus células; pertenecía al puñado de hombres encargados de dirigir la red terrorista en caso de captura o muerte de Osama ben Laden; era su viejo aliado; su ayudante de confianza; el que organizaba sus viajes; el lugarteniente que había dirigido campos de entrenamiento en Afganistán y había coordinado células terroristas en Europa, así como en Norteamérica. Era jefe de la Yihad Islámica en Egipto; el que tuvo un papel central en los ataques contra las embajadas de los EE.UU. en el este de África”. El ex secretario de Defensa Ronald Rumsfeld llegó a afirmar que era un pez tan gordo que “valía una tonelada de tipos en Guantánamo”.

El problema es que en septiembre de 2009 el gobierno de los EE.UU. reconoció que Zubeida nunca fue miembro de Al Qaeda ni estuvo vinculado a dicha organización. Todo lo que confesó lo hizo bajo torturas, confesó solo para que no lo siguieran torturando. Por lo tanto, la Comisión del 9/11 redactó su informe sobre la base de una información falsa, de la que no se retracta todavía. ¿Cuánto de lo que EE.UU. conoce sobre Al Qaeda está arrancado a la fuerza a gente que no sabía nada y que solo habló para no ser más torturada? Casi todo. ¿Cuánto de la información que tienen es falso?  Casi toda. Lo que la CIA sabe sobre Al Qaeda nació de la fértil imaginación del torturado. Se dijo que Zubeida les confesó que Al Qaeda y Sadan Hussein estaban vinculados, lo que EE.UU. utilizó para justificar la invasión a Irak.

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