¿Qué pasó? Después de la victoria del ‘Sí’ de las 2/3 partes de los electores griegos para rechazar las imposiciones internacionales y europeas, el Primer Ministro y el Parlamento griegos las aceptaron nuevamente. Mayoritariamente un pueblo, en un referéndum, grita un cambio de rumbo, porque así lo pedían sus líderes, y luego estos mismos líderes hacen lo contrario del cambio prometido. ¿Cómo entender semejante contradicción?
Traicionando su propuesta inicial, Europa no fue en nada solidaria con Grecia. Alemania olvidó que se le había condonado su deuda después de la Segunda Guerra Mundial, Grecia incluida. Cuando manda el dios dinero no cuentan las personas ni los pueblos: dominan la insolidaridad y el corazón de piedra. ¿Será que los bancos europeos son débiles al punto que no pueden prestar a Grecia? Puede ser. Se ve también que ni Rusia ni China quisieron dar la mano a Grecia.
¿Por qué no decidió Grecia no pagar su deuda externa?, como fue el caso en América Latina, pues: ¿quién debe a quién? ¿Por qué no decidió Grecia salir del euro? Varios países europeos no están en la eurozona, como -por ejemplo- Inglaterra, Suiza, Islandia… y no les va tan mal.
Tal vez, al primer ministro griego le faltaron propuestas y alternativas. Parece que las alternativas del primer ministro griego quedaron cortas al momento de discutir un nuevo préstamo del banco europeo. Decimos en América Latina: “Protestas con propuestas”. ¿No estará el nudo del problema en la falta de organización de la sociedad civil griega? Eso es la gran realidad de Europa: no existe una sociedad civil consciente, organizada y valiente en la Europa del consumo y del derroche. Lo vemos frente a una crisis comenzada hace 7 años y que va para largo.
Claro que hubo protestas: los ‘indignados’ de España y de otro países, los ‘contra el 1%’ de ricos, los ‘ocupemos’… El capitalismo europeo ha pasado a ser una cultura masiva, muy bien presentada por los grandes medios de comunicación. La Revolución Francesa está lejos, muy lejos. Las revueltas de mayo de 1968 son del pasado milenio. Las resistencias a aceptar el proyecto hegemónico de Estados Unidas han desaparecido… Estamos en otra historia: la del capitalismo global que ha llenado Europa de bienestar individualista, materialista, inmediato y sin ética, lejos del ‘bien vivir’, del compartir fraterno, de la convivencia mundial y de una sabiduría milenaria.
Nos da una luz el discurso del papa Francisco venido ‘del fin del mundo’ a las Organizaciones populares reunidas en Bolivia: los felicitó por impulsar el cambio de sistema: “Son ustedes, los más humildes, los explotados, los pobres y excluidos, los que deben hacerlo. Me atrevo a decirles que el futuro de la humanidad está, en gran medida, en vuestras manos, en su capacidad de organizarse y promover alternativas creativas… Yo les acompaño”.
Y nosotras y nosotros, ¿somos parte activa de esta sociedad civil organizada para salir adelante, mucho más allá de los que hemos logrado hasta aquí “en dignidad y de pie”? (O)