Ecuador, 29 de Abril de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo
Jaime Galarza Zavala

Fidel Castro, el hombre de los desafíos

18 de agosto de 2016 - 00:00

Con su enorme humanidad, cercana a los dos metros, el histórico líder de la Revolución Cubana fue siempre el hombre de los desafíos, que se interpusieron en su paso de gigante y que siempre resultaron vencidos. Perdido en la historia se halla un dato anterior al Moncada y a la epopeya de la Sierra Maestra. Su participación en un grupo de latinoamericanos que partió de Cuba con el ánimo de llegar a la República Dominicana y tentar el derrocamiento del sanguinario dictador Leonidas Trujillo, el títere predilecto de Wall Street y la Casa Blanca. Vano intento de este valiente comando de voluntarios: el barco fue abordado por la fuerza pública y todos resultaron detenidos, menos Fidel, que se lanzó al mar embravecido y ganó la costa a nado.

Lo que vino después resulta más conocido: el fracasado ataque al cuartel Moncada (26 de julio de 1953), la prisión en Isla de Pinos, su célebre defensa (‘La historia me absolverá’), el exilio en México, donde se le unió Ernesto ‘Che’ Guevara; la expedición del Granma, los tres años de guerra de guerrillas, hasta el triunfo del 1 de enero de 1959. Luego vendría la permanente confrontación con el imperialismo, y el récord mundial de más de 500 tentativas de asesinato fraguadas por la CIA y la madriguera antirrevolucionaria de Miami, bajo las órdenes de diferentes mandatarios norteamericanos, incluidos el republicano general Eisenhower y el demócrata John F. Kennedy. En el camino, Fidel venció otro sangriento desafío: la invasión de un millar de mercenarios organizados y armados por los yanquis. En  fin, podríamos llenar páginas y páginas y no acabaríamos de contar todos los desafíos que ha tenido en su prolongada vida Fidel Castro, quien de paso ha visto encaminarse a la tumba a una decena de furibundos ocupantes de la Casa Blanca, enemigos jurados de Cuba y de América Latina, en tanto que él corona 90 años de existencia cubierto de legítima gloria.

Pero hay otros desafíos de gran trascendencia que han sido olvidados por los mayores y que desconocen las nuevas generaciones, por lo que se hace necesario sacudir la mata del olvido. Uno de los principales, en el campo político, fue la denuncia contra el ‘sectarismo’ que puso en grave riesgo la estabilidad victoriosa de la Revolución. En efecto, en los primeros años sesenta un antiguo dirigente comunista, Aníbal Escalante, en forma agazapada había movido los hilos de una virtual conspiración para irse apoderando de puestos clave de la dirección. No estaba solo.

Coincidían en sus propósitos otros dirigentes y militantes del antiguo Partido Socialista Popular de Cuba (nombre nacional del partido comunista), que pese a su proclamada oposición a la guerra revolucionaria, encendida entonces en la Sierra Maestra; ahora, cobijados en la ayuda soviética, fueron ocupando puestos desde los cuales difundían tesis supuestamente marxistas-leninistas para orientar el proceso a su acomodo, llegando al extremo de borrar el nombre de Dios en documentos históricos, como el testamento político de José Antonio Echeverría, el dirigente del valeroso grupo de estudiantes que asaltó el palacio de gobierno  un histórico 13 de marzo, en  heroico y fallido intento de acabar con el tirano Fulgencio Batista.

La formidable denuncia de Fidel permitió sanear las filas de la Revolución, aunque posteriormente los sectarios volverían a las andadas. Y no es que con ello Fidel cayera en otra clase de sectarismo, tal vez a favor de su propio movimiento 26 de Julio, sino que comprendió a cabalidad que ese brote maligno de sectarismo dificultaría la unidad de todos los auténticos revolucionarios y del pueblo mismo, amenazando con paralizar la Revolución, gracias a luchas intestinas. Venció Fidel en este grave desafío y la nave de la historia siguió pujante su ruta bajo el mando del sabio y resuelto timonel. Una lección de ayer válida para los tiempos actuales, en que los procesos revolucionarios de América Latina tienen, entre otros grandes enemigos, justamente el sectarismo. (O)

Contenido externo patrocinado

Ecuador TV

En vivo

Pública FM

Noticias relacionadas

Social media