En las festividades de fin de año, algunas familias viajan a los balnearios de la ruta del Spondylus. Tanto en Navidad y, sobre todo, en Año Nuevo fueron a Playas, Salinas, Ayangue, Montañita, Olon, Manta y Esmeraldas pero, sin embargo, hubo menos afluencia que otros años. No solo las compras en estas festividades mueven la economía sino además el turismo interno.
Pase la Noche Buena, por primera vez, en Montañita. Me hospedé en la Hostería Armonía, que abría sus puertas. Mi familia y yo nos sorprendimos por qué la hostería, ubicada en un cerro, manejada por ecuatorianos, tiene una vista preciosa al mar y del pueblo, muchas áreas verdes, piscina y jacuzzi, cabañas confortables, con internet y cable, y excelentes servicios, comenzado por muy buena atención al cliente, excelente comida y bar surtido. En ese ambiente, que energetiza, pudimos descansar, relajarnos y sacarnos el estrés con la naturaleza de playa. Hay excelentes opiniones de los extranjeros (www.airbnb.com) que se hospedaron. En buena hora, por el turismo de playa que está aumentando la calidad de sus servicios.
Para fin de año, fui a Salinas. Se ha vuelto una tradición celebrarlo en dicho balneario. En la noche del 31 de Diciembre, el Malecón se llenó de gente, aunque menos que el año pasado, con desborde de alegría y emoción. Todos llevamos y quemamos el año viejo en la playa del malecon, que simboliza dejar atrás los problemas, y después el brindis y el abrazo familiar con las esperanza de mejores días. Luego la cena y, para concluir, el baile para comenzar el año con alegría y pasión por la vida. Lo que impresiona es la energía desbordante de la gente reunida en el malecón, con amigos y familiares, que buscó celebrar el fin de año, hacer alguna cábala y pedir un año mejor.
Acudí, en el feriado, a la playa de Punta Carnero (Mar Bravo). Había carros de Azuay, Pichincha y más de Guayas. Hubo menos gente que el año pasado que se explica por no ser feriado el 31 de Diciembre y la situación económica. Sin embargo, el 30 de ese mes, hubo un accidente y pude verificar que muchos carros iban a Salinas y Punta Blanca, lo que, al parecer, significa que hay gente que va y regresa el mismo día. Es una forma de ahorrarse el hotel.
En el feriado el comisariato, el supermercado, los restaurantes, hoteles, licoreras y locales de comida estaban llenos, pero no repletos. Como ha pasado, en otros años, faltan baños cercanos a la playa, botes de basura, seguridad, información turística, etc. Lo bueno es que los vendedores ambulantes atienden a los turistas en la playa y la basura que dejan, por un acuerdo con las autoridades, la recogen colectivamente y las mantienen limpias contribuyendo al medio ambiente.
El turismo local mueve la economía de los balnearios por la mayor actividad de la hotelería, restaurantes, bebidas, transporte y distribución de alimentos. Pero no solo se benefician las grandes empresas sino también la economía popular (microempresas) y solidaria (asociaciones). Por ello, hay que mejorar los servicios para incentivar el turismo. (O)