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El Telégrafo
Jorge Núñez Sánchez - Historiador y Escritor

En busca de un futuro socialista

24 de julio de 2014

Es obvio que los bellos sueños de la utopía socialista no son fáciles de alcanzar, precisamente por causa del atraso y la miseria que agobian a las mayorías populares, a consecuencia del oprobioso sistema de explotación y dependencia que les impusieron las oligarquías y el colonialismo. Pero esos sueños son ahora más posibles que nunca, dado el formidable impulso de transformación y cambio que han emprendido nuestros pueblos.

Eso explica las premuras, arrebatos y hasta errores de nuestro tiempo, en la marcha hacia ese anhelado horizonte de justicia social. En ese marco deben entenderse los ensayos venezolano, boliviano y nicaragüense para construir un nuevo ‘Estado protector’, que vea por las necesidades básicas de los más débiles y olvidados. En fin, sobre ese mismo escenario debe entenderse también nuestra Revolución Ciudadana, que ha utilizado métodos de democracia directa para renovar el sistema político y ha creado mecanismos de protección para los más pobres y de estímulos para el desarrollo de una  economía popular y solidaria. Todo ello sin descuidar el apoyo al sector productivo nacional y al desarrollo de un vigoroso mercado interno.

Desde luego, la revolución ha hecho suya la idea del Libertador Simón Bolívar acerca de que “un pueblo ignorante es un instrumento ciego de su propia destrucción” y es indispensable educarlo para que pueda ejercer su propia soberanía y discernir sobre su destino. Por otra parte, no hay socialismo posible sobre el atraso del país y la miseria de las mayorías, realidades que deben ser superadas para crear una base sólida de progreso y bienestar colectivo.

Por todo lo expuesto, la marcha hacia el socialismo requiere inevitablemente de un período de transición en el que deben lograrse, de modo paralelo, objetivos como estos:

. Instauración de una sostenida revolución educativa, que libere a las masas populares de la ignorancia y el fanatismo religioso, que las hacen proclives a la manipulación política de los medios, de los demagogos y de ciertas iglesias.

. Organización amplia y democrática de los trabajadores, que garantice la presencia crítica y creativa del pueblo en el proceso de construcción política y en los mecanismos de control social de la producción y la administración pública.

. Moralización y capacitación de la burocracia estatal, a fin de convertirla en un instrumento para el desarrollo y progreso del país.

. Promoción económica de las regiones más atrasadas, mediante estímulos fiscales y planes de desarrollo local, para evitar la creciente distancia entre regiones ricas y regiones pobres, que en el mundo entero se ha revelado como un germen de conflictos políticos.

. Refrenamiento a la formación de megaciudades, que terminan por convertirse en áreas de contaminación ambiental, y generación de cinturones de miseria y violencia delincuencial. Para ello debe promoverse el desarrollo del campo y deben crearse puestos de trabajo y estímulos fiscales para quienes opten por vivir en poblaciones pequeñas o invertir en ellas.

. Combate a la especulación generada alrededor de la plusvalía de la tierra y los bienes raíces.

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