Más allá del concepto académico, el miedo es perturbación angustiosa que aprisiona al ser humano por un riesgo a todo, real o imaginario; concierne en el escenario político, a perder privilegios, desde el ángulo de las actividades privadas en contubernio con el poder partidista.
Hoy, cuando Latinoamérica vive un proceso de cambio proyectado al socialismo; Venezuela, líder de la lucha popular y uno de los contribuyentes para el fortalecimiento de la integración regional, afronta acoso del poder mediático ‘independiente’, en complicidad con el imperio del norte, la SIP que grupa a diarios comerciales y la derecha política, exhibiendo la intención malévola de desprestigiar la imagen de Nicolás Maduro, crear malestar en la población, debilitar al régimen y provocar el retorno a la era del saqueo y explotación. Un articulista de este país, que se suma a otros de la lista de afiliados a la oligarquía voraz, confunde lo que él llama “estrategia electoral del miedo”, con la firme decisión de su líder de luchar utilizando todos los recursos, en defensa de los logros alcanzados en beneficio de los pobres de la patria de Bolívar.
Los revolucionarios, en el trajín de la historia patria, nunca, jamás, demostraron miedo, en su permanente lucha en defensa de sus derechos y por un país libre de extrema pobreza. En Venezuela, Argentina, Chile, Bolivia y otros países de este continente se intensifican las acciones por el cambio con la participación, sin temor, de jóvenes, estudiantes, campesinos, trabajadores, mujeres y de todos los sectores sociales postergados, abogando por la consolidación de la democracia, paz, equidad y justicia social. Los pobres no padecen de miedo, porque no tienen nada que perder; más bien un mundo por ganar. La oligarquía y sus aliados sufren de pánico, al presentir, ya, la pérdida definitiva de sus privilegios, afanes de lucro y enriquecimiento ilegal por la presencia de la Revolución Ciudadana y sus principios de reivindicación social y económica. Se agregan al escenario del miedo los dueños de los medios privados y sus periodistas, al comprobar la extinción paulatina del monopolio en el control de la información y la influencia en el manejo de sus negocios por la vigencia de la Ley de Comunicación, que determina el ejercicio de sus actividades, sujetas a normas que garantizan su comportamiento y responsabilidad social.
Los socialcristianos (los mismos rostros envejecidos por sus fracasos) con la guía del personero municipal local, se reúnen en Milagro, supuestamente para hablar sobre la economía del país, cuando en el fondo es tratar el tema electoral de 2017 y tomar acciones, temerosos, frente al líder Rafael Correa, a quien lo consideran un poderoso rival. Otro que grita de miedo es el dirigente del extinto Prian y ahora con su “Adelante, adelante”, no sabe qué hacer para asegurar sus negocios paralizados, porque ya no puede eludir responsabilidades. Tiemblan de pánico los políticos de la derecha y los analistas de los medios comerciales, que suelen injuriar y formular acusaciones sin fundamento, porque ahora rigen leyes de aplicación implacable contra los transgresores de cualquier nivel.
En general, los integrantes de la oposición tiritan de miedo, al sentirse frustrados y sin esperanza de recuperar parte del espacio neoliberal, frente a la marcha de la Revolución Ciudadana y la promesa de su líder Rafael Correa de mantenerse en la línea, con el apoyo popular, hasta terminar el proyecto político en beneficio de los amplios sectores sociales desprotegidos de siempre. Ampliando el pensamiento de Marie Curie: Dejamos de tener miedo cuando aprendemos o entender. (O)
