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El Telégrafo
César Hermida

El adulto mayor, un logro de la humanidad

15 de noviembre de 2014

En el siglo XIX terminó la esclavitud, como en el XX terminó la explotación de los obreros y la inequidad de género (al menos en Occidente). El siglo XXI verá la reivindicación de los adultos mayores y las personas con capacidades especiales. Son logros en lo social, cultural e individual de la salud humana. Esclavos, obreros y mujeres viven hoy con mejores condiciones de vida (provistas por las sociedades y los Estados, por ley, como derechos). Los adultos mayores y las personas con capacidades especiales vivirán con mejor calidad de vida en este siglo (provista por su propia promoción) con la plena satisfacción de sus necesidades humanas, como derechos. Mejor calidad colectiva, mejor modo cultural y mejor estilo individual de vida.

A inicios del siglo XX la edad de jubilación era la de 50 años, por ‘vejez’. Hoy el estigmatizante término de ‘anciano’ ya no se aplica ni a partir de los 90. Muchos adultos mayores se jubilan ahora a los 70 años, aunque los no afiliados deben seguir trabajando. Todos ellos están enteros y dispuestos a contribuir (pocos son los enfermos con alzhéimer, demencia, sin dientes o con dificultad de caminar, como suele mostrar la prensa).

El adulto mayor es un logro de la  humanidad, una fuerza social que aporta en la producción científica y artística, con nuevos hechos sociales, culturales, biológicos, tan notables, que exigen otro paradigma (modelo de pensamiento) científico, para explicarlos. En lo social la política de ‘pensión universal’ y las leyes les dan privilegios. Hoy el respaldo institucional ya no es el de la reclusión sino el compartir con sus familiares, y la atención solo en ciertas horas para salir con sus pares a paseos y otras actividades físicas y lúdicas. En lo cultural se acabará la costumbre injusta de cuidar obligatoriamente a los nietos, y en lo biológico el mito de sus inutilidades y limitaciones.

El adulto mayor no requiere trato caritativo, peor con diminutivos. Individual y colectivamente exige sus derechos para satisfacer todas sus necesidades objetivas y subjetivas, mediante servicios generales y sociales.

Hoy reclama el correspondiente respeto para un trato equitativo, de calidad y eficiencia. Cada día, como se incrementa su expectativa de vida relativa a los linderos de la edad, crecen sus necesidades a ser satisfechas.

Estas no son solo las de la medicina para curar las enfermedades, sino las de la salud individual, grupal y social para el bien de la sociedad.

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