Miles de niñas y niños ecuatorianos asisten diariamente a los Centros Infantiles del Buen Vivir (CIBV) para ser cuidados con calidez, mientras sus madres salen a cumplir con su trabajo cotidiano. Proteínas y estimulación temprana son proporcionadas a nuestros infantes. Su desarrollo saludable está garantizado. Quienes se preocupan por nuestros pequeños en los CIBV forman parte de la columna vertebral de la patria.
Miles de niñas y niños asisten a las escuelas para recibir las primeras letras y los primeros números. Allí son recibidos por maestras y maestros que los inician en el conocimiento académico; estos profesionales también forman parte de la columna vertebral de la patria.
Forman la columna vertebral de la patria los médicos, enfermeras, laboratoristas, técnicos en imágenes y todos los profesionales de la salud que son parte de los equipos que traen niños al mundo, salvan vidas, alivian dolores, alimentan esperanzas.
Los campesinos y campesinas que -acompañados de la aurora, del sol de mediodía y de las tenues luces del crepúsculo- siembran, abonan, cuidan y cosechan los frutos de nuestra tierra generosa. Ellos y ellas son también la columna vertebral de la patria. Los técnicos que vigilan -las 24 horas del día y los 7 días de la semana- que giren eficientemente las turbinas de las nuevas centrales hidroeléctricas que llevan luz, calor, energía, a todos los rincones de Ecuador, forman parte de la columna vertebral de la patria. Los trabajadores de las refinerías que controlan los 365 días del año el proceso de fraccionamiento de las largas cadenas de hidrocarburos, para que den como resultado el gas licuado de petróleo y los combustibles que necesita el país, son parte de la columna vertebral de la patria. Los miembros de sinfónicas y filarmónicas, de orquestas civiles y militares, de bandas de pueblo, que se encargan de dar vida a las partituras y alegrar el espíritu de quienes los escuchan, son también parte de la columna vertebral de la patria.
Las telas y óleos que recogen los trazos inspirados de los artistas que grafican nuestra historia, nuestro presente, nuestro futuro. Ellas y ellos -expertos del pincel, del color, de la estética- forman parte de la columna vertebral de la patria. Los que, cotidianamente, guían a los turistas que visitan este hermoso Ecuador y les explican sobre su flora y fauna, sobre sus bellezas naturales. Son excelentes compatriotas que, mientras viajan, extraen de su mochila los textos de historia, los mapas de nuestra red vial, de nuestra red ferroviaria; los mapas del hermoso cielo de la línea ecuatorial. Ellos y ellas son parte de la columna vertebral de la patria.
Los que acuden, muy temprano, a su oficina de líneas infinitas y ponen proa hacia occidente; al caer la tarde, retornan con sus redes llenas de lo que nos ofrece el generoso mar.
Los heroicos migrantes que fueron expulsados por los neoliberales y que -sin rencores, con extraordinaria generosidad- sostuvieron la economía del país con sus remesas. Ellas y ellos forman parte de la columna vertebral de la patria.
No forman parte de la columna vertebral de la patria aquellos que pretenden eternizar sus privilegios. Los que se humillan ante el poder imperial. Los que, a cambio de unos cuantos dólares, pretenden desestabilizar al Gobierno popular de la Revolución Ciudadana. (O)
