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El Telégrafo
*Fernando Falconí Calles

Anécdotas del primer Mundial de fútbol

20 de junio de 2014

La participación de los equipos en el primer torneo mundial de fútbol realizado en Uruguay, en 1930, no fue por eliminatorias; fue por invitaciones. A pesar de ello, solo 12 naciones llegaron a Montevideo. Todos los países de Europa habían sido invitados; sin embargo, únicamente 4 decidieron cruzar el Atlántico para participar en el evento.

Los argumentos que sostenían las selecciones europeas para no concurrir fue que Uruguay estaba ‘muy lejos de todo’ y el pasaje era muy caro. Calificaron a las costas uruguayas como ‘tierras inaccesibles’. La caída de la Bolsa de Nueva York fue otra de las insólitas excusas europeas.  

El entrenador del seleccionado español, José María Mateos, catalogó al viaje como ‘impracticable’ debido al perjuicio económico que sufrirían los clubes al prestar a sus jugadores. Además, estos deportistas no jugarían los primeros partidos de la liga local.  

El boicot europeo funcionó, a pesar de que Uruguay se había comprometido a solventar todos los gastos de viaje y estadía de las delegaciones. Adicionalmente, los dirigentes uruguayos se comprometieron a compensar económicamente a los clubes que cedieran sus jugadores a la selección. Algunos clubes europeos llegaron a solicitar $ 15.000 por cada jugador. La respuesta ‘charrúa’ a tal petición fue un contundente no.

Cumplía las funciones de presidente de la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA) el francés Jules Rimet, quien mandó a fabricar el trofeo que sería entregado al equipo triunfador. Los integrantes de la selección de Francia tampoco querían participar; Rimet -en su calidad de presidente de la FIFA- prácticamente los obligó.

Para asegurar la presencia de Rumania, Jules Rimet tuvo que convencer al rey Carol II, quien se comprometió a costear los gastos de los jugadores de la selección, a los que ayudó a escoger. La mayoría eran empleados de una empresa petrolera inglesa. Como Inglaterra se había postulado para ser sede del primer torneo mundial, pero no fue escogida, los ingleses decidieron no asistir. Debido a esta circunstancia, los directivos de la empresa se negaban a otorgar el permiso. “Que renuncien a sus cargos si quieren hacer deporte”, sentenciaron. Tuvo que intervenir el rey Carol II para que la empresa concediera la autorización laboral a los futbolistas rumanos.

El transatlántico Conde Verde fue el encargado de transportar a las delegaciones. La ruta se inició en Génova, en donde abordaron los rumanos. En Villefranche-Sur-Mer subieron los franceses. En Barcelona lo hicieron los belgas. En Río de Janeiro los brasileños. La otra selección europea participante fue Yugoslavia, que llegó a bordo del Florida, un pequeño barco de correos.

Las trece selecciones participantes fueron: Argentina, Chile, Yugoslavia, EE.UU., Brasil, Francia, Rumania, Paraguay, Perú, Bélgica, Bolivia, México y el equipo anfitrión.

El equipo uruguayo se coronó campeón en 1930 y dio la vuelta olímpica en el estadio cuyo nombre es un homenaje a los cien años de la Constitución uruguaya.

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