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El Telégrafo
César Paz-y-Miño

80 años de la Fundación Jiménez Díaz

24 de mayo de 2015

El pasado mes, una noticia importante se generaba desde el Instituto de Investigación Sanitaria, Fundación Jiménez Díaz (FJD) y de su Servicio de Genética: el hallazgo de una mutación nueva que explica un tipo de ceguera en la población española, la Retinosis Pigmentaria, trastorno en que mueren paulatinamente las células de la retina.

La directora de la investigación es la Dra. Carmen Ayuso, colega y amiga con quien aprendí Genética durante tres años de estadía en Madrid; no es casual esta referencia, pues la noticia coincide con mi tercera estancia de “reciclaje científico” en esta prestigiosa institución.

La FJD inició su actividad hace 80 años, el 13 de febrero de 1935, a través del Instituto de Investigaciones Médicas, pero su brazo ejecutor de salud fue la Clínica de la Concepción creada en 1955 y que actualmente cuenta con 686 camas.

Desde su inicio, la FJD ha sido pionera en muchas prácticas clínico-quirúrgicas e investigativas. Atiende alrededor de un millón de pacientes al año como lo ha dicho su director J.A. Álvaro de la Parra, en el discurso de despedida de los médicos residentes. Cuenta con unas 40 áreas médicas, en las que la investigación es eje central; posee equipamiento moderno para pruebas sofisticadas en genómica, inmunología, microbiología, animalario, imagenología, etc.

Llama la atención el desarrollo tecnológico en los estudios de genes y genomas. Desde los clásicos de cromosomas, hasta nuevas técnicas de detección de genes en los cromosomas con tintes fluorescentes, o el pintado de cromosomas completos, la aplicación de biochips para evaluar ganancias y pérdidas de genes, y las técnicas de secuenciación total de genes para beneficiar a pacientes ofreciéndoles diagnóstico, pruebas prenatales e incluso pre implantación de embriones, detección de riesgos de cáncer o enfermedades raras. En la institución, médicos, biólogos, estudiantes, tienen el empuje necesario y reconfortante de la investigación a alto nivel.

Hace ocho décadas el fundador de la institución, Carlos Jiménez Díaz (1898-1967), visualizó así a la FJD: “Una Institución donde se hiciera investigación científica pura y clínica, donde los enfermos fueran satisfactoriamente estudiados y tratados, y donde, al mismo tiempo se centrase el esfuerzo en renovar la enseñanza de la medicina”.  Resulta un enorme desafío el camino que el Ecuador debe seguir para llegar al nivel que la modernidad exige. Necesitamos apostar por el talento, la formación y la innovación, así como recursos económicos para llegar a los niveles de excelencia anhelados.

Desde su inicio, la FJD ha sido pionera en muchas prácticas clínico-quirúrgicas e investigativas. Atiende alrededor de un millón de pacientes al año como lo ha dicho su director J.A. Álvaro de la Parra...

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