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El Telégrafo
Víctor Mendoza Andrade

2015, Año Internacional de los Suelos

31 de marzo de 2015

La Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en su 68ª sesión, declaró a 2015 como el Año Internacional de los Suelos. Considerando que este recurso de vital importancia no ha merecido el debido reconocimiento, no obstante que fue el origen a partir del Neolítico (7.000 años a.C.) del  conocimiento científico que permitió la supervivencia de los humanos.

Los técnicos definen al suelo como un cuerpo natural, mezcla de minerales desintegrados y meteorizados con materia orgánica, constituyendo un sistema complejo órgano mineral capaz de sostener la vida de las plantas y favorecer la existencia de todos los ecosistemas terrestres y actividades asociadas.

Las características físicas del suelo, como son la textura, se refiere al tamaño las partículas minerales: limo, arena y arcilla y la estructura al arreglo de las partículas unidas entre sí por la acción de elementos adhesivos, como son los coloides, el humus, raíces de las plantas y animales como la lombriz de tierra; alternabilidad estacional: épocas secas y húmedas, permitiendo la formación de agregados que dejan espacios vacíos: los poros del suelo donde se deposita el agua y las soluciones químicas que permitirán la vida de las plantas.

Esta capa superficial del suelo agrícola formada por la meteorización de las rocas puede tardar hasta 1.000 años para alcanzar un centímetro de espesor, informa Graziano da Silva, y advierte que si se considera que el 33% de estos suelos está degradado, a lo cual si se añade la creciente presión humana, se está llegando a un nivel crítico de utilización de este recurso.       

Las organizaciones científicas de investigación de los recursos naturales del planeta estiman “que el 28 por ciento de las tierras agrícolas del mundo producen cultivos que no se aprovechan. En el proceso se desperdician 250 km³ de agua, mientras que la huella de carbono de los alimentos producidos y no consumidos se estima en 3,3 gigatoneladas de CO₂. Con un 33% de los suelos del mundo degradado, es hora de detener el desperdicio de alimentos y comenzar a devolver algo al suelo”.

Con estos antecedentes, la ONU establece los siguientes objetivos para el Año Internacional de los Suelos 2015:  

-Conseguir la plena concienciación de la sociedad civil y los responsables de la toma de decisiones sobre la profunda importancia del suelo para la vida humana.

-Educar al público sobre el papel crucial que desempeña el suelo en la seguridad alimentaria, la adaptación y la mitigación del cambio climático, los servicios ecosistémicos esenciales, la mitigación de la pobreza y el desarrollo sostenible.

-Apoyar políticas y acciones eficaces para el manejo sostenible y la protección de los recursos del suelo.

-Promover inversiones en actividades de manejo sostenible de la tierra para desarrollar y mantener suelos saludables para los diferentes usuarios de la tierra y grupos de población.

-Promover una mejora rápida de la capacidad para la recopilación de información sobre el suelo y la supervisión a todos los niveles (mundial, regional y nacional).

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