"240.000 nuevos estudiantes hay en la U"

¿Los estudiantes pueden ingresar libremente a la universidad en Ecuador?

Hay muchos mitos con respecto a que los alumnos no pueden ingresar a la universidad, cuando pasa lo contrario. En 2006 (antes del actual Gobierno), el número de alumnos que accedía era 460.000 y en 2014 pasó a 700.000. Hay un crecimiento de la tasa bruta del 28% al 39%, es decir, 240.000 nuevos alumnos.

¿Quiénes ingresaron?

Hoy, 7 de cada 10 estudiantes pertenecen a las familias que antes no accedieron a la educación superior. Esto tiene implicaciones importantes porque la universidad es un medio de ascenso social rápido. El ingreso económico se incrementará y saldrán del círculo de la pobreza.

Los candidatos opositores al Gobierno dicen que eliminarán la Secretaría Nacional de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt) para que los jóvenes puedan estudiar lo que quieran. ¿Hoy se imponen las carreras?

El estudiante hoy es libre de elegir lo que quiere. El sistema de  ingreso a las universidades le da la oportunidad de escoger cinco carreras.  

Lo que no dicen (los candidatos opositores) es que antes sí había mecanismos de ingreso a la universidad: exámenes, sorteos y largas colas (para obtener un cupo).

Ahora hay un sistema unificado para que los aspirantes  tengan la oportunidad de conocer toda la oferta y con esa base puedan escoger dónde y qué  estudiar. La decisión es libre.

Hay estudiantes que dicen: “Yo quería Medicina, pero la Senescyt no me dio el cupo”. Lo que pasa es que, por ejemplo, la Universidad Central da 300 cupos para esa carrera y allí compiten 3.000.

¿Qué pasaría si se eliminara el examen de ingreso?

En términos de eficiencia (eliminar el examen) no es posible porque el país no cuenta con la suficiente infraestructura y cantidad de profesores para hacer que se atienda toda la demanda.

Lo que se debe hacer es trabajar  por continuar ampliando los cupos de las instituciones. Para eso la Senescyt inició la construcción de institutos técnicos y tecnológicos. Estos profesionales son vitales para el sector productivo.

¿Cuál es la demanda de cupos en los institutos?

El porcentaje de estudiantes que antes optaba por este tipo de educación se ha incrementado. En 2015 había 21.000 estudiantes y en  2016, 34.000. Esta es una salida a la demanda.

La expectativa de los jóvenes ha cambiado. Hace 10 años, una de cada 10 personas quería estudiar en la universidad, pero hoy, una de cada 2 lo desea. La aspiración cambió porque hay más oportunidades.

¿Los pueblos y nacionalidades tienen oportunidad?

El número de estudiantes que pertenecen a grupos de pueblos y nacionalidades se ha duplicado. Hay alrededor de 43.000 personas pertenecientes a estos grupos que obtuvieron un cupo para estudiar entre 2012 y 2016.

¿Cuál es la diferencia entre el desaparecido Conesup (Consejo Nacional de Educación Superior) y la Senescyt?

Son muchísimas. Conesup era un sistema autónomo del Gobierno que tenía una composición de rectores. También había la Fundasic, que recibía fondos públicos, pero era de naturaleza privada. Nadie controló nada. También existía el Consejo Nacional de Evaluación y Acreditación de la Educación Superior (Conea), que hoy es el Ceaaces (Consejo de Evaluación, Acreditación y Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior). El Conea debía hacer un proceso de evaluación, pero en la práctica no era obligatorio ni mandatorio. Ahora la Senescyt emite política pública en materia de educación superior, ciencia y tecnología; adicionalmente a esto existe el Consejo de Educación Superior, que reemplazó al Conesup. Antes nadie quería mejorar.

¿A cuánto asciende la inversión pública en educación superior?

Ecuador es el país que más invierte  en la región. Pasamos del 1% del Producto Interno Bruto (PIB) en 2007 al 2% del PIB (el Estado ha asignado $ 13,9 mil millones a todo el sistema entre 2007 y 2016).               

¿La calidad de las universidades ha mejorado?

Hay avances. Hace años, apenas el 29% de los docentes tenía títulos de cuarto nivel, pero hoy está en 75%.

Los profesores a tiempo completo pasaron del 39% al 60%. Antes había profesores conocidos como ‘taxis’, que daban clases un rato en diversas universidades. Hoy ese profesional es un académico y está revalorizado. Ha pasado de percibir una remuneración mínima de $ 465 a $ 1.700. Resulta atractivo ser docente, pero al mismo tiempo hay más requisitos.

El programa de becas de posgrado ha beneficiado a 19.000 ecuatorianos que aplicaron para estudiar en las mejores universidades del mundo. Este año llegaremos a la número 20.000.

Del grupo que se envió al exterior han retornado 4.000.

El 30% está vinculado a las universidades.

Las becas que más se han entregado corresponden al área de la salud, especializaciones médicas y producción, es decir, todas las ingenierías.

¿La alma mater hace más investigación?

En 1998 había 152 publicaciones en revistas indexadas; en 2007, 345; y en 2015, 1.566. En América Latina es el número más alto por cuatro años consecutivos.
En cuanto a la tasa de investigadores, en relación a la población económicamente activa, pasamos de 0,37 investigadores por cada 1.000 habitantes (2009) a 1,59%. El promedio en la región es 1,3.

En el campo de las patentes hay una noticia alentadora: la Universidad de Guayaquil (antes en categoría D y hoy en la B) ahora es líder en la solicitud de patentes durante los últimos dos años. Las patentes significan que se está haciendo invención y creando tecnología.

¿La Senescyt tiene nuevos proyectos?

Estamos trabajando en un fondo para ofertar becas de posgrado nacionales, en las que participarán las universidades de mejor calidad.
Aspiramos a que al menos uno de los centros ecuatorianos esté entre los 100 mejores del mundo. (I)