Cuenta el director Sam Raimi que escogió a Rachel Weisz para su última película por su manera de estar ante la cámara, porque la actriz transmite con su imagen un dominio constante de la situación.

En ‘Oz, un mundo maravilloso’, interpreta a Evanora, la mujer encargada de gobernar el reino mágico a la espera de un nuevo rey. El diario español ABC conversó con esta actriz en Londres, durante una larga entrevista en la que repasó su último trabajo, sus comienzos en la profesión... y su futuro próximo. Weisz, la ganadora de un Oscar por ‘El jardinero fiel’, se asomará a las pantallas ecuatorianas en las próximas semanas haciendo, simplemente, de mala.

¿Sabía desde niña que se convertiría en actriz?
Cuando era muy pequeña quería ser científica, pero como soy realmente mala en matemáticas y en ciencias... eso no ocurrió. Madame Curie, era mi heroína.

¿Y cuándo llegó la vocación?
Recuerdo que en primaria hicimos ‘Alicia en el País de las Maravillas’ y yo era el dodo. Siempre tenía papeles pequeños, no era la estrella en el colegio. Fue después, en la universidad, cuando decidí que quería hacer esto y me metí en una compañía de teatro.

Entre cine independiente y comercial, ¿por cuál se decanta?
Mi corazón es más independiente, pero me gusta hacer cosas relacionadas con la fantasía.
Me gustan las historias oscuras y complicadas, aunque a veces quiero ir a ver ‘Los vengadores’. Hacer ‘Oz’ ha sido muy divertido, como una especie de alivio.

¿Podría ganarse la vida haciendo solo cine independiente?
Sí, y me la ganaría muy bien. Lo que ocurre es que... para que tu nombre pueda ayudar a que las películas independientes consigan dinero, es importante que hagas otras cosas. Aún así, no había hecho películas de estudio durante los últimos 10 años, hasta que rodé ‘Oz’ y ‘El legado de Bourne’.

¿Le gusta ‘El mago de Oz’ de Fleming, el de 1939?
Me encanta. Es la primera película que recuerdo haber visto de niña, con cinco años. ¡Pero nunca he leído los libros de Baum! Sé que James Franco creció leyéndolos, pero en mi estantería estaban los libros de Narnia y ‘Alicia en el País de las Maravillas’. Creía que sería interesante interpretar a una mujer que no siente culpa.

Usted interpreta a un personaje al que no nos tiene acostumbrados...
Creí que sería interesante interpretar a una mujer que no siente culpa, que se divierte siendo mala, y que cuanto peor es... más se divierte. ¡Y yo también me he divertido! Pero claro, solo es una pose.

Muchos críticos creen que merecía el Oscar por ‘The deep blue sea’. ¿Ha sido infravalorada esa película?
No, porque conozco a gente que me dice cosas preciosas sobre ella. No es una película comercial, supone un reto para el espectador. Me encanta cuando una historia encuentra un pequeño grupo de gente que la comparte casi en secreto, eso es maravilloso. Estoy muy orgullosa de la película y del trabajo de Terence Davies, la veo como una pequeña joya. Creo que pasará el tiempo, que la gente la verá en DVD.

En alguna entrevista aseguró que Hollywood le parece un lugar tóxico...
Debí decir eso como hace veinte años. Los Ángeles es una gran ciudad, allí están los estudios, pero también viven guionistas y pintores y arquitectos... Si dije eso probablemente fue porque, en ese momento, le tenía miedo a Hollywood. Ya no me da miedo. Allí se hacen grandes películas, películas mediocres y malas películas, como pasa con cualquiera de las artes. Pero no creo que sea tóxico.

Tras el corto que dirigió en 2010, ¿ha pensado en hacer un largo?
Estoy pensando en escribir algo, una película en la que yo misma tendría un papel. Quiero escribirla con mi mejor amiga, estuvimos juntas en aquella compañía de teatro de la universidad. Todavía tengo que pensar si quiero dirigirlo, no estoy segura.

¿Va a escribir para sí misma porque nadie lo hace como usted quiere?
Quizá sí. De hecho, la idea surgió de un periodista. Me dijo: Bueno, hábleme de su productora. Yo le dije que no tenía ninguna, y él -un crítico al que respeto mucho- no se lo creía. Me inspiró completamente. Habíamos estado pensando en ello de forma muy vaga, durante años, porque mi amiga trabaja en el mundo del cine, y luego tenemos otra amiga experta en financiación. Las tres cenamos el viernes y decidimos crear una productora. Creo que nunca nos habíamos considerado suficientemente maduras como para hacerlo, pero... ¡soy una mujer de 42 años!

¿Ha sufrido la crisis de los cuarenta?
No, fue un año maravilloso, rodé ‘The deep blue sea’ y me casé, ¡fue un año bastante bueno!

¿Cómo se lleva con la fama, con que la reconozcan en la calle?
En general no se me acerca mucha gente, porque no me pongo maquillaje y llevo vaqueros. A veces alguien viene y me dice que le gusta mi trabajo, ¡pero eso es muy agradable! No me siento perseguida, no como le ocurre a mi esposo (Daniel Craig). No leo las revistas de chismes y he dejado de meterme en Internet. Me he impuesto tolerancia cero con las búsquedas en la red, no sé lo que dicen de mí. Tampoco voy a discotecas, soy un poco aburrida, soy una madre casada, ¡no hago nada interesante!

¿No le interesan las redes sociales?
Creo que es extraordinario que la gente pueda organizar una revolución en Egipto gracias a ellas. Yo nunca he tuiteado, y no necesito mantenerme en contacto con la gente más allá del teléfono o del e-mail. Personalmente no entiendo para qué sirve tuitear o usar Facebook. Me encanta mi privacidad. Y creo que los restaurantes deberían imponer una prohibición sobre los iPhone, deberíamos dejar los teléfonos en la puerta y hablar unos con otros. ¡Voy a crear un imperio de restaurantes sin teléfonos!