Antes de cada premiación de MTV, la expectativa del televidente siempre apunta a quién protagonizará la controversia de la noche, más allá de los ganadores. Y no fue la excepción la velada noctuna del domingo pasado cuando se estregaron los austronautas plateados con los que se reconoció a los mejores videos de esta cadena musical en el teatro Nokia de Los Ángeles.

Katy Perry fue la ganadora de la noche, con tres galardones; pero los ojos del público también estuvieron en Beyoncé Knowles, quien anunció su embarazo; y la actuación de la siempre controversial Lady Gaga.

La ahora pelirrosa Perry, que partía como favorita con nueve candidaturas, se llevó  las estatuillas en las categorías a  mejores efectos especiales y a la mejor colaboración, ambos premios por E.T., junto con Kanye West.

El premio cumbre de la noche fue para Perry, quien este año prestó su voz para encarnar a Pitufina en la película animada Los Pitufos. Ese galardón (mejor video del año) fue por Firework.

La británica Adele brilló también con tres galardones en las categorías de mejor edición, mejor dirección artística y mejor fotografía por el video de su célebre canción Rolling in the Deep.

No obstante esas tres estatuillas se anunciaron antes del comienzo de la gala televisada, que se alargó por espacio de dos horas y media.

Justin Bieber, quien acudió con su novia Selena Gómez, consiguió el trofeo al mejor video masculino, por U Smile; mientras que  Foo Fighters, liderados por Dave Grohl, ex baterista de Nirvana,  se impusieron en la categoría de mejor video de rock, con Walk.

Nicki Minaj se llevó el galardón al mejor video de hip-hop por Super Bass, y Tyler The Creator fue nombrado mejor artista novel, premio que le entregó la actriz y cantante Demi Lovato.

La gala comenzó con la aparición de Lady Gaga travestida en la piel de un ‘alter ego’ llamado Jo Calderone, un personaje  que combina a un mafioso de las películas de Martin Scorsese y al  John Travolta en su época de Grease, por su copete y patillas. Y Lady Gaga o más bien Calderone ofreció un  monólogo auto irónico, mientras soltaba espesas bocanadas de humo de un cigarrillo.

Luego se sentó en el piano para tocar You and I, acompañada por los ‘riff’ de un ya canoso Brian May, guitarrista de Queen.

Acto seguido Gaga abrió una lata de cerveza y lanzó su contenido hacia el público para resbalar poco después en plena actuación, aunque sin mayores sobresaltos.

La otra sorpresa fue el anuncio de Beyoncé. Primero lo hizo frente a los micrófonos a la entrada -en la alfombra roja-. Y lo repitió tras su actuación al acariciar su vientre, al desabotonar su chaleco púrpura.

La ex Destiny Child ganó una estatuilla a la mejor coreografía, por Run the World (Girls); mientras que Britney Spears, que fue homenajeada, se llevó el premio al mejor video pop con su canción Till the World Ends.
A la mitad del show Gaga volvió como Calderone para presentar Michael Jackson Video Vanguard Award para Spears.

El momento más íntimo de la gala llegó con el tributo póstumo para Amy Winehouse, presentado por Russell Brand, la pareja de Perry, quien recordó que al conocerla por primera vez le pareció “una chica ordinaria con un pelo extraordinario”, pero que tras escuchar cómo cantaba, supo al momento que era un talento único.

Tony Bennett, quien hizo un dueto con Winehouse, relevó a Brand con un discurso; mientras que Bruno Mars interpretó Valerie, uno de los temas que hizo famosa a la fallecida cantante británica.

Chris Brown apareció en el escenario con un atuendo blanco y volando como un ángel en señal de redención, tras la agresión en 2009 a Rihanna. Él y otros completaron la ceremonia.